Bienvenidos a nuestra nave del misterio;
Después de semanas largas de ausencia, volvemos a investigar lo imposible, a buscar respuestas donde no las hay, a rasgar la cortina que oculta el universo superheróico.
Hoy nos toca ver quien se esconde tras las máscaras, botas altas y trajes ajustados. Tranquilos, no hablamos de desvelar quien es quien en el último número de la revista Playboy. Hablamos de…¡Los superhéroes!.
Todos conocemos lo que, comunmente llamamos empollón. Son aquellos que no se preguntan qué entra en el examen, sino que lo saben. Si, los mismos que pueden seguir una conferencia de Punset sin dormirse, aunque sean las tres y media de la tarde y te hayas metido un cocido entre pecho y espalda. Ya los conocíamos de las series y películas americanas, donde eran saco de golpes para las estrellas de fútbol americano y demostraban su orden en cualquier faceta de su vida, al enseñarnos sus bolsillos de la camisa, repletos de bolígrafos colocados impecablemente. Su torpeza con las mujeres, les hacían refugiarse en hobbys que todos denominamos frikis: club de la ciencia, salones de cómic, juegos de rol, códigos que solo entienden sus iguales…Unos parias de la sociedad. Aunque, se guardaban un as en la manga: En cualquier momento se pueden convertir en superhéroes.
Ahí tenemos a Peter Parker, un adolescente marginal y que no debía haber dormido nunca fuera de su casa en su vida. Empollon típico, gafapasta de cuidado, esmirriado…que le pica una araña radioactiva. ¿Qué gen es el que le hace no morir y convertirse en Spiderman?; Otro caso lo tenemos en Mr. Fantástico; Si, puede que la rubia estuviera detrás de él, y que tuviera amigos, pero fruto mas de la admiración que de otra cosa. Solo a un empollón se le ocurre pensar que no puede equivocarse. Y se equivocó; Afortunadamente, los rayos cósmicos le transforman en un superhéroe. Pero, ¿Quién es el que sale mal parado?; Ben Grimm, un tipo popular al que se le acabó lo bueno.
Podemos seguir con Bruce Banner, otro empollón “pata negra”. También esmirriado, como Parker. Pues nada, también superhéroe.
Hay decenas de ejemplos, con los que podemos concluir que los empollones, sufridores en las vidas normales, t¡enen un gen que atrae a los superpoderes.
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