Novotel bilbao exhibition center (baracaldo - vizcaya)

Por Candreu
NOVOTEL BILBAO EXHIBITION CENTER (****)
Río Castaños 2
48.903 Baracaldo (Vizcaya)

Habitación: 421

Fecha de entrada: 9/03/2016
Tarifa: 87€ AD

Alejado del centro de Bilbao, aunque su nombre pudiera dar lugar a equívoco, en un parque comercial al lado del BEC y de la autopista A8, encontramos este edificio estrecho y largo de color arena y siete pisos que alberga un Novotel más, con lo que puede esperarse de un Novotel. Sin más y sin menos. El acceso al hotel se hace desde una pequeña zona cubierta situada en uno de sus extremos estrechos junto a una gran avenida. Dos puertas correderas nos introducen en un gigantesco espacio con techos altísimos. La madera clara del suelo, algo desgastada ya, y del larguísimo mostrador de recepción contrasta con las enormes columnas forradas en azul y unos sofás rojos que allí al fondo invitan al descanso, a la lectura y a la espera. 

A la izquierda de la entrada encontramos el ascensor que viene del parking y los ascensores de las habitaciones. Junto a ellos, un enorme cartel que anuncia el próximo partido de fútbol que podrá verse en la televisión del bar. Un poco más adelante y antes de llegar al bullicioso bar -que no se separa del resto del espacio- encontramos una mesa alta con un par de ordenadores a disposición de los clientes, una vitrina con productos de Novotel y una sala de juegos infantiles. 
A la derecha de la entrada, un largo mostrador de recepción, que resulta amplísima. Madera y cristal y un montón de folletos y tarjetas del hotel bien presentados y ordenados. Algunas televisiones de plasma ofrecen imágenes del hotel y de otros hoteles de la cadena. Tras el mostrador un joven nos atiende con entusiasmo, rapidez y eficacia. Al ver el Gold de nuestra tarjeta nos ofrece la posibilidad de disfrutar de una suite sin coste extra. Aceptamos. Rápidamente nos explica el funcionamiento del wifi gratuito y veloz que se ofrece en todo el establecimiento, nos entrega una tarjeta para disfrutar de una copa de bienvenida en el bar y nos pide algunos datos para la factura del día siguiente, que permita hacer la salida del hotel más rápida. 
Hacia el fondo del enorme espacio que conforma ese atrio encontramos el bar y el restaurante rematado todo ello por una enorme cristalera con vistas a la piscina. La luz al fondo es bastante tenue. En la zona de recepción algo más potente, pero un punto fría. Resulta todo demasiado grande y algo desangelado. Tampoco la lluvia torrencial de fuera ayuda. Un ascensor metálico con una zona de espejos y un par de carteles con información sobre el hotel nos sube hasta la cuarta planta. 

Cuando se abren las puertas encontramos un pequeño recibidor con ventana al exterior, una planta y un limpiazapatos automático. Luz fría y moqueta en tonos marrones. Nuestra habitación es la primera a la izquierda. Tras la pesada puerta que se abre con tarjeta encontramos el estándar de la cadena. Moqueta marrón chocolate muy limpia y cuidada en el suelo. Paredes en gotelé blanco y mobiliario en madera clara. 

A la izquierda encontramos una madera hasta el techo que protege una corta barra colgador de ropa. A la derecha, el clásico armario de la cadena que acoge la caja fuerte, el minibar de precios disparatados y surtido ajustado (refrescos, aguas, cervezas, chocolate y patatas) y sobre él una tetera con café y té a disposición del huésped, una cafetera Nespresso con varias cápsulas de café y unos cuantos vasos. 

Unos pasos más adelante entramos en el dormitorio. Justo antes de él, a la izquierda se abre una puerta que nos lleva al salón de la suite. Algo desangelado. La misma moqueta marrón cuidada que en el dormitorio. Una mesa redonda con cuatro sillas en tonos anaranjados, el sofá cama clásico de la cadena, un par de tablas que hacen de armario con colgador y un escritorio alargado y estrecho que ofrece una televisión plana y una lámpara pequeña. Junto al sofá una lámpara de pie con cierto toque de diseño. Todo ello rematado en la pared del fondo con una enorme ventana con vistas a la entrada principal protegida por un foscurit y una cortina en tonos arenas.
En el dormitorio, a continuación de la puerta del salón encontramos un maletero de madera y el escritorio, de esos que permite girarlo para trabajar más cómodamente. No tiene silla, pero podemos traer alguna de las del salón. Sobre el escritorio, fija, una lámpara, algo tenue para el trabajo. Enchufes accesibles para nuestros aparatos. El escritorio se remata junto a la ventana con una cajonera sobre la que hay otra televisión de plasma. Bajo la ventana, donde normalmente iría el sofá cama, aquí hay un par de butacas rojas, algo incómodas, y una mesa de centro donde se ofrecen dos albornoces, zapatillas y un par de botellas de agua mineral. 

La cama es la clásica de la cadena: doble. Colchón delgado pero cómodo, cuatro almohadas de distintos tipos, lencería en color crudo. Un cabecero en madera clara sobre la que se incrustan las pequeñas mesillas y dos puntos de luz para la lectura nocturna aunque les falta algo de potencia para ese cometido. Enchufe disponible en uno de los lados e interruptores para apagar todas las luces de la habitación. El descanso se hace agradable. Aunque la insonorización interior, especialmente el pasillo, podría mejorarse, la insonorización exterior es magnífica, amen que la avenida, por ancha, resulta tranquila. El foscurit consigue detener la luz con eficacia. Y el aire acondicionado funciona perfectamente y con escasa sonoridad en su opción de mínima potencia. Se maneja todo el desde un display con dos rueditas, aunque no dispone de modo automático. 

Frente a la ventana y a un lado de la cama encontramos la puerta del baño. Grande, corredera, en madera y cristal traslúcido. El baño es muy grande y luminoso. Baldosas blancas grandes y algunas verdes a modo decorativo. Un pasillo central que se remata en el clásico lavabo de la cadena. Sobre él un enorme espejo con dos puntos de luz alargados que pueden darle una cierta calidez al espacio, un espejo de aumento y un flojo secador de pelo. Generoso set de amenities: gel, champú, acondicionador (todos ellos en tubos grandes de los que usa la cadena, de "comercio justo"), pastilla de jabón, set dental y de afeitado y gorro de ducha. 
A la izquierda de la puerta, con un toallero con dos enormes toallas encontramos una bañera generosa. En ella un tubo de jabón, una pastilla efervescente y relajante para el agua. A la derecha casi junto al lavabo, el bidet y el inodoro, y junto a la puerta una cabina de ducha con puerta de cristal. Sobre el tirador de la puerta se ofrecen dos toallas de manos. La lencería en general es limpia, grande y cuidada. También los albornoces. La presión en el lavabo es potente, así como su caudal y temperatura. En la cabina de ducha es deliciosa. Quizá sea difícil encontrar un punto de agua "templada" y uno o se quema o le resulta fría, pero salvo eso, la experiencia al despertar bajo el agua es formidable. 

El desayuno buffet de la mañana ofrece un amplio surtido de zumos, platos calientes (huevos, bacon, tomates, salchichas), embutidos, jamón y quesos, lácteos, pequeña bollería recién horneada, fruta cortada, diversos tipos de panes y un par de máquinas de café no excesivamente malo.

La salida en recepción resulta rápida. Preguntan por el minibar, por los datos de la factura, pero también por el descanso y el viaje que nos queda por delante. 

Calidad/precio: 8.5

Servicio: 8
Habitación: 7
Baño: 8
Estado de conservación: 7

Valoración General: 8