La extrema derecha de Alternativa para Alemania tendrá unos 90 representantes en el Bundestag. FOTO: C. Negrete
Hoy es un día oscuro y negro para la democracia en Europa. Mas del 13% de los votos de los alemanes han ido a parar al partido que en palabras de su presidente en Turingia ve el monumento al holocausto en Berlín como una “vergüenza”. Y ello no por su responsabilidad en la matanza de millones de personas y en la provocación de una gran guerra por toda Europa, sino por “ser el único pueblo del mundo en plantarse en su capital un monumento vergonzoso”. El proceso de desnazificación alemana, que para muchos es considerado como modélico (aunque en realidad tiene muchos agujeros), no ha sido llevado a cabo de forma adecuada para este político y este partido ultra. “Necesitamos una vuelta de 180 grados”, declaraba en ese sentido en enero. Y así comenzaba el año electoral, que terminaba esta noche de la vergüenza... pero de otra vergüenza.
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