Cuando tras Flashpoint el que sea probablemente el principal guionista y arquitecto del Universo DC, Geoff Johns, se hizo cargo de la colección Aquaman, sabía que era a eso a lo que se enfrentaba. Pero todos nos dimos cuenta de que esta vez, DC apostaba fuerte por Arthur Curry y su entorno; no en vano, a los guiones de Geoff Johns se iban a sumar los dibujos de Iván Reis, repitiéndose el tándem que devolvió la gloria a Green Lantern y convirtió la franquicia verde en el
Con la publicación del segundo tomo de Aquaman por parte de ECC, Johns y Reis, podemos leer los números 5 al 8 de la colección americana, y profundizamos en las ideas que Johns tiene para actualizar el personaje, y desde luego, para que deje de ser “el ridículo de la JLA”. Para ello, Johns ha recurrido a un truco curioso, y es hacer que en el nuevo universo DC, el propio Aquaman sea consciente de que el mundo piensa que es un personaje ridículo, un héroe más bien de segunda fila, un pegote en la JLA. En parte, ese es el motivo por el que Aquaman y su esposa, Mera, a la que Johns da un gran protagonismo, de forma bastante acertada, deciden apartarse “del mundanal ruido” y marcharse a vivir al faro en el que había trabajado el padre de Aquaman.
En el primer tomo de esta serie, pudimos ver como Aquaman tenía que hacer frente a unos monstruos que habían salido de las fosas abisales, y en este tomo, Johns decide profundizar más en el pasado de Aquaman, y nos plantea el regreso del enemigo más importante del personaje, Manta Negra.
Y mientras todo esto ocurre, en un capítulo auténticamente genial, Mera se va de compras, buscando comida para perros…
Evidentemente, nada malo puede salir del tándem Johns/Reis, y la serie pinta bastante bien, aunque es cierto que todavía no se ha puesto al nivel de los grandes trabajos de Johns en JSA o Green Lantern. ¡Esperemos que sea cuestión de tiempo!