Las nueces: estrellas de los frutos secos (no solamente en Navidad), fruto del Nogal, son una fuente beneficiosa de salud para nuestro organismo, indicada para prevención de enfermedades del corazón, reducción del colesterol y los triglicéridos, buen estado de nuestra piel y cabello o ayuda en el funcionamiento del cerebro, así como potenciador de la memoria. Es uno de los ingredientes estrella de nuestra dieta mediterránea.
Originarias de Asia y del sudeste de Europa, las nueces contienen altos valores nutricionales, los cuales posicionan este fruto seco en uno de los más apreciados en el mundo:
- Las nueces son el único fruto seco con una cantidad significativa de AAL, los ácidos grasos Omega-3 de origen vegetal, que el cuerpo necesita pero no puede producir.
- Son uno de los alimentos con más antioxidantes, ya que tienen altos niveles de vitamina E, lo que lo convierte también en un alimento anti-cáncer.
- Aportan además proteínas y fibra.
- También son una buena fuente de magnesio, calcio y fósforo.
Debemos incluir los frutos secos en nuestra alimentación de manera habitual, pero -como siempre- todo con moderación, ya que el aporte calórico es alto. Sin embargo, son capaces de conferirnos una gran sensación de saciedad, por lo que podría ayudarnos a equilibrar las comidas en una dieta de adelgazamiento.
Para consumir las nueces, lo mejor es que las compremos con su cáscara y las consumamos justo inmediatamente después de abrirlas, porque una vez sin su rugosa y dura piel, las grasas que contienen se oxidan. Comprándolas enteras, para partir, conservan todas sus propiedades.
Si no se van a utilizar en breve, lo mejor es conservarlas en un recipiente de cristal, con cierre hermético, de ese modo se conservarán frescas durante un tiempo más prolongado.
Consulta la receta: Nueces rellenas