Hoy mismo he visto una escena muy habitual, pero que me ha llegado al alma. Una niña de unos 18 ó 20 meses sale del cole a las 5 de la tarde. La niña sale muy contenta, va corriendo y sonriendo a saludar a su mamá que la espera delante de los columpios. La mamá saluda a la niña sonriendo, le da un beso y acto seguido la coge para sentarla en la carro.
La niña empieza a gritar “NOOOOOOO” y a retorcerse, la madre la sujeta más fuerte y le dice que se porte bien, la niña sigue gritando “¡¡¡No mamáaaaa!!! ¡¡¡¡¡¡¡Nooooooo!!!”, la madre mira a los demás padres avergonzada, más preocupada por lo que pensarán los demás que por lo que le pasa a su hija. La ata y la niña rompe a llorar con una cara de desconsolada impotencia, su madre es más grande y más fuerte que ella y ha conseguido atarla, ahora ya no se puede escapar. La madre saca un chupete y se lo mete a la niña en la boca un poco enfadada, cuando la niña deja de llorar fuerte (aunque se queda lloriqueando bajito) mira a los demás adultos allí presentes y dice “¡uff! ¡vaya tela!”. Los demás papás sonrien ante el comentario de la mamá. Cuando la cosa se calma, la mamá se pone a hablar con otra mamá hasta que sale su hijo mayor del cole, que tarda unos diez minutos, mientras tanto, la bebé sigue en el carro, triste pero callada.
¿qué es lo que veo yo?
Veo a una bebé (recordemos que tiene entre 18 y 20 meses) que se alegra mucho de ver a su mamá, “ahora jugaremos juntas!” debe pensar y un segundo después de salir del colegio, después de estar 8 horas allí obedeciendo lo que le dicen, estando sentada mucho más de lo que una bebé de año y medio puede aguantar, comiendo sola y sentada, repitiendo las cosas que le piden que repita, cantando lo que le piden que cante, pintando lo que le piden que pinte, estando mucho tiempo dentro de la clase y poco en el exterior…pues un segundo después la atan a la silla sin dejarla moverse.
Los bebés y los niños pequeños necesitan moverse! pero los adultos los queremos sentaditos y calladitos.
Esta niña estaba junto a los columpios, pero no podía subirse en ellos, no podía tirarse por el tobogán porque su mamá la ha atado a la silla nada más salir.
Quizás esta mamá tenía prisa, debía recoger al hermano mayor y tenía miedo de que la bebé se escapara corriendo. Seguro que está justificado el hecho de sentarla en el carro en ese momento, pero yo sigo poniéndome en la piel de la niña. No puedo evitarlo.
Mi propia hija de cinco años necesita urgentemente jugar en el parque un rato largo cuando sale del cole. Necesita desfogarse, correr, saltar, trepar y que nadie la controle, así que imagino que una niña tan pequeña lo necesita mucho más aún.
Yo me complico mucho más la existencia. Sólo siento a mi hija de 15 meses (la pequeña) en el carro o en la silla del coche cuando es absolutamente necesario. Si podemos ir andando a su ritmo de tortuga, pues lo hacemos y si puedo llevarla en brazos, lo hago.
Yo hago un esfuerzo por ella, eso es cierto, y hay quien piensa que la malcrío por ello, pero es que como yo tengo empatía con los niños soy capaz de ver que ella me acompaña a todos mis recados sin dejar de sonreir (con lo aburrido que es ir a comprar para un bebé), se queda sin la mitad de su siesta muchos días para ir a recoger a su hermana al cole, se queda con su papá sin rechistar para que yo pueda ir a yoga una vez a la semana…en fin, que creo que se lo merece