Nuestra presencia en las pruebas médicas de los niñ@s

Por Covadongamora

Esta semana hemos pasado por el hospital para hacerle una analítica de sangre a Íver y tener los resultados de diversos niveles que aún debemos tener en control. La enfermera que le ha pinchado ha sido estupenda y cuando Íver se ha dado cuenta de lo que estaba sucediendo, ya estaba acabando.

Antes de entrar a hacerle la analítica, he tenido un intercambio de opinión con otra de las enfermeras que nos ha recibido pues me solicitaba que esperara en la sala y que ella lo entraba para realizarle la extracción. Le he comentado que yo iba a entrar con él ante lo que me ha contestado que no era ese el procedimiento. Le he recordado que yo era su tutora y que no me podía negar el acompañarle. Su "invitación" ha sido que allí no entraba nadie, pero le he explicado que yo sí iba a entrar.

Y tema zanjado, para dentro los dos juntos a hacerle la analítica. Sé que mi presencia no le ha aliviado el pinchazo pero al menos hemos podido mirarnos a los ojos mientras sucedía y saber que no estaba solo con dos desconocidas. Me he encontrado tranquila, serena y explicándole mis argumentos a la enfermera sin ninguna duda, sin posibilidad de cambio, con respeto pero con firmeza en mi discurso.



Cada centro sanitario y hospitalario tiene sus protocolos, pero como tutores legales nuestra

presencia no puede ser negada, son menores.

Hace un tiempo publiqué una entrada sobre los derechos del niño hospitalizado que conviene tener localizada por si en alguna ocasión la necesitásemos. En esos momentos es aún con más motivo que nuestros pequeños necesitan sentirnos cercanos.