Nuestra RELACIÓN con el DINERO
Publicado el 29 septiembre 2013 por Bebloggera
@bebloggera
Por Marwa desde Chile
Una vez leí por ahí que la relación que uno tiene con el dinero es una metáfora de nuestra autoestima. Cuando lo leí, pensé que era algo arriesgado y bastante vago decir algo así... pero luego me quedé pensando en mi propia relación con el dinero. ¡Y resulta que me llevé una sorpresa!En el pasado, siempre me sentí culpable hacia el dinero. En general he tenido una vida muy llena de regalos, bendiciones, gracias al Universo siempre he tenido mis necesidades básicas cubiertas. Por lo mismo, cuando he deseado tener más plata, pienso: "qué horrible, ¿por qué quieres más si ya tienes todo lo que necesitas?", o también algo así como: "hay tanta gente que vive en la miseria y tú quieres más para esto o esto otro". ¡Y muchos ejemplos como ese! Entonces terminaba sintiéndome culpable y esperando que todo salga bien no más. Es decir, seguir trabajando sin ninguna expectativa. Ahorrando cuando se pudiera. Gastando cuando se pudiera. Haciendo el día a día... ¿bien depresivo cuando lo pensamos así, o no?
¿Qué nos pasa como mujeres, que así como nos hacemos cargo de nuestra depilación, de nuestra vida sexual, de nuestra alimentación, no nos hacemos también cargo de nuestro futuro económico? Culpa. Es culpa, culpa, culpa y no voy a decir de dónde creo que viene porque sería políticamente incorrecto (muahahaha). ¿Pueden pensar ustedes en un sentimiento más inútil que la culpa?Con esta culpa, NEGAMOS completamente nuestros deseos de MÁS. Porque como sociedad, hemos aprendido que la ambición es MALA. Es negativa, mal vista, te volverá un ser horrible, avara, tacaña y te quedarás sola ¡y nadie va a ir a tu funeral!... o algo por el estilo. ¿Han tenido esos pensamientos?O lo típico de nosotras las mujeres -y varios hombres también- que no sabemos CÓMO ni CUÁNTO cobrar. Tampoco queremos abordar el tema de platas porque es de mal gusto (¡que horroooor!, qué rotería). ¿Tiene esto que ver con la autoestima? ¡SÍ, SEÑORA!, porque es auto-valoración (¡sobre todo si somos trabajólicas-perfeccionistas y nos sacamos la mugre trabajando!).Lo otro que una puede pensar es que si queremos cultivar nuestra vida ESPIRITUAL, entonces no podemos cultivar nuestra vida MATERIAL. Y eso, me doy cuenta ahora, es una completa disociación. Porque somos un ser integral: mente, cuerpo, corazón y espíritu. Entonces, si quiero abundancia de amor, abundancia de conocimientos y abundancia espiritual... ¿por qué &$/"#%"/ voy a tener que estar angustiándome cada mes a fin de mes? ¡NO TIENE SENTIDO! En realidad... ninguna lógica.Yo ya aprendí mi lección. No digo que quiero ser Tío Mac Pato (se me cayó el carné, lo sé). Pero sí quiero tranquilidad, vacaciones, una jubilación digna, poder pagar educación de mis hijos si alguna vez quiero tener hijos, seguir estudiando con mi maestra que vive fuera de Chile, quiero viajar y conocer lugares hermosos y quiero una casa propia, con perros y arbolitos. ¿Es terrible querer todo esto? NOOO. ¿Soy un ser materialista y egoísta que no siente empatía por la realidad mundial? NOOO. Mi conclusión: vivir desde la ABUNDANCIA, desde el derecho que tengo como profesional y como mujer a valorar mi trabajo y desde el derecho a desear. Ya que de por sí, esto no implica pasar a llevar a nadie. La mentalidad de la abundancia implica pensar que hay recursos infinitos, ¡PARA TODOS! (temas tan amplios que da para otra entrada). Mientras tanto, me encantaría leer tus comentarios y experiencias :)