Y los altos cargos del PP están muy tranquilos anotando en libretas amarillas de Barcelona'92 el último pago especial (guiño, guiño) de Villar Mir porque se saben políticamente invulnerables debido a que su situación no consideran que dependa de ellos sino de los demás: otros grupos políticos están bloqueados por los resultados de las elecciones de hace dos años y por tener intereses discordantes. En el PP respiran gracias a esto, añadiendo otra muesca a su falta de responsabilidad.
Oigan, ustedes no dependen de los demás para limpiar su porquería. Que no pueda haber un gobierno alternativo porque los racistas catalanes no pueden ser tenidos en cuenta y porque los aliados del narcoterrorismo que está matando de hambre a Venezuela están autoinhabilitados para ser tomados en serio no es motivo para dormir tranquilos.
Proclama ser el partido de la responsabilidad, la estabilidad y la credibilidad esta banda de mangones. ¿Dónde está la responsabilidad cuando tienes tu casa llena de porquería la que como nadie viene a limpiar tú no la limpias? ¿Qué estabilidad obtiene un país pendiente del próximo exministro del PP saliendo esposado por robar? ¿De qué credibilidad hablan cuando la conclusión a la que llega el público es que se trata de una organización que se mueve por sobornos?
Estabilidad, credibilidad, sentido común, seriedad. ¿Y si mañana el soborno en lugar de venir de Villar Mir viene del Kremlin? ¿Y si en lugar de cobrar comisiones por adjudicar parques eólicos se le ocurre a uno de estos chorizos empezar a cobrarlas de alguna farmacéutica china? Nuestra seguridad y nuestra salud dependen de unos tíos a los que les enseñas un billete y se abalanzan.
Y el presidente del Gobierno explicando en la tele la irresponsabilidad del PSOE por plantear una moción de censura que ha hecho subir la prima de riesgo.
Prima de riesgo, ya. Menuda banda.
Es que nadie dentro del propio PP se levanta. Y quien lo hace es visto como rara avis, casi como con un comportamiento traicionero.
Oh, sí, esto no puede acabar sin hablar del PSOE y su plan maestro de ganar en los despachos lo que no puede ganar en el campo. Como un equipo de segunda B. El caso es que a mí el PSOE me da igual. Es el PP el que está en entredicho y hablamos de la corrupción que afecta al PP y de su actual falta de sentido común, credibilidad y seriedad para gobernar el país.
Resulta lamentable cómo al tratar de este tema la conversación se extiende a cálculos partidistas, explicaciones del bloqueo político y especulaciones sobre los motivos de cada partido. Volvamos el foco a donde debe estar: la necesdad de crear un revulsivo en el PP y esto solamente se consigue con un castigo electoral ya que es el único lenguaje que entienden.
A elecciones y a sacarlos de ahí.
Que sí, que hay un montón de golpistas, racistas y comunistas dispuestos a robar de forma oficial y dispuestos a prenderle fuego a las cosas. Estoy de acuerdo pero cada día tiene su afán. Cada cosa a su momento. Sacar al PP va a tener costes, claro, como todo en esta vida. Calculemos también lo que nos cuesta no sacarlo.