Ser cristiano no significa ser perfecto, aunque Dios nos llama a la perfección (Mateo 5:48) se trata de que reconozcamos nuestras fallas; así el Espíritu Santo de Dios nos ayudará en nuestra debilidad; David fue un hombre que buscaba la Presencia de Dios y su consejo; un gran salmista, pero cayó en varios pecados, su virtud fue reconocerlos y arrepentirse.
Lávame de la culpa hasta que quede limpio y purifícame de mis pecados. Pues reconozco mis rebeliones; día y noche me persiguen. Contra ti y sólo contra ti he pecado; he hecho lo que es malo ante tus ojos. Quedará demostrado que tienes razón en lo que dices y que tu juicio contra mí es justo. Salmo 51:2-4
Muchas bendiciones