Con motivo de la celebración, de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2011, cuyo lema este año es " ¡ Comunícate ! Lactancia materna: Una experiencia 3D " , me gustaria compartir con vosotros mi experiencia tanto con mis dos lactancias, como con el detete de Adrián.
No sé si conseguiré hacerlo antes de que termine la semana, ya me conoceis jejeje, pero bueno, mi intención es buena y lo importante es seguir comunicandonos y compartiendo todo el año ¿ no ?, pues eso, yo despacito y buena letra.... .
Comenzaré por cómo fue la lactancia de Adrián, mi hijo mayor:
Los comienzos no fueron fáciles, más bien fueron terribles, o al menos asi los viví yo. Con mi relato no pretendo hacerme la madre fuerte que supera todas las dificultades. Sé que es muy dificil mantener una lactancia con problemas y sobre todo sin apoyo. Si quiero compartir mi historia es para dar un rayito de esperanza a las madres que estén pasando por algo parecido,para animarlas a que busquen apoyo y se informen. Aunque en determinados momentos parecezca imposible, las dificultades pueden superarse y la lactancia ser una experiencia feliz.
Adrián se agarró al pecho nada más nacer. Perfectamente, según todo el personal sanitario. Desde luego él parecia estar satisfecho y se le veia bien agarrado, pero a las pocas horas comencé a sentir un dolor en los pezones que no me parecia normal. Las enfermeras y pediatras me decian que el niño mamaba bien, que era normal que me doliera porque era una zona muy sensible, pero yo no acababa de convencerme ya que algo que en el estado natural del ser humano es básico para su supervivencia no podia ser tan doloroso.
A los pocos dias tenía unas grietas terribles y el dolor era insoportable. Visite a las matronas y ellas tambien opinaban que el agarre era perfecto, que tenía que tener un poco de paciencia y desaparecerian solas. En esos dias tambien me dió un subidón de leche, mis pechos estaban durpos como piedras, chorreaban leche a mansalva y me dolian a reventar. Adrián mamaba muy a menudo y se pasaba horas enganchado, lo cual contribuia a agravar mis grietas. El momento de las tomas apenas se espaciaba una hora y yo pataleaba en el suelo o mordia una almohada del dolor que sentía cada vez que se agarraba. En una semana , mi pezón derecho parecía carne picada y Adrian llegó incluso a regurgitar sangre de mis grietas ( ¡¡ Menudo susto nos llevamos pensando que le pasaba algo a él !! )
Llamé a la Liga de la Leche y la monitora me sugirió que usara pezoneras y crema de lanolina, pero aunque la pezonera ayudaba un poco, tampoco era la panacea. La lanolina no funcionaba, ni tampoco otras cremas antigrietas. Habia dias en que el dolor no solo lo sentia durante las tomas, sino durante todo el tiempo. Esos dias tenia que tomarme un analgésico o un antiinflamatorio para tolerar el dolor.
Al mes, aún seguía en las mismas. Estaba desesperada pues nadie, ni ginecologos, ni matronas, ni pediatras, me daban solución. La gente me decia que porqué me empeñaba en sufrir, que así no le hacia bien a mi hijo y que le diera un biberón. Pero cuando yo veia a Adrian en mi pecho, con esa paz que emanaba, feliz y engordando a buen ritmo, me compensaba de todos los dolores habidos y por haber.
Un día,a los dos meses aproximadamente, comencé a sentirme mal de golpe. En cuestión de media hora me dió fiebre alta, malestar, dolor de cuerpo y una enorme mancha roja apareció en mi pecho izquierdo. Estuvimos en urgencias hasta las 2 de la madrugada, con Adrián que seguía mamando a cada poco. Finalmente me dijeron que era una mastitis, me recetaron un antibiótico y que siguiera dando el pecho ya que era importante que lo vaciara. El antibiótico hizo rápido su efecto y al día siguiente ya no tenía fiebre. La mancha roja y dura tardó unos días en desaparecer y ¡ Milagro ! ¿ mis grietas tambien comenzaron a curarse y el dolor a ser más leve. En una semana ya no tenia ni mastitis , ni grietas.
Os imaginareis mi felicidad en esos momentos. ¡ Comencé por fin a disfrutar de mi lactancia plenamente ! Me parecía mentira que no me doliera, que dar de mamar a mi bebé fuese tan placentero.
Ahora , con los conocimientos que tengo sobre lactancia, creo que Adrián tenía un frenillo y que como consecuencia tuve una infección de pezones que al tomar el antibiótico se curó.
La lactancia prolongada ha sido una experiencia maravillosa. Cuando Adrián era recién nacido, era precioso verle en la teta, pero cuando crció y ya caminaba siendo capaz de venir a servirse él mismo su "merienda ", a mi se me caía la baba. Al igual que cuando comenzó a hablar y a pedir TITAAA a gritos.
En mi entorno nadie entendía que le siguiera dando el pecho tan mayor y cuando ibamos a algún sitio la gente se nos quedaba mirando con cara de asombro. Mucha gente me decía que le iba a crear dependencia, que comía poco porque tomaba teta, pero jamás hice caso a nada más que a mi instinto. Ambos eramos felices y eso era lo que importaba.
Nuestra lactancia se prolongó durante 4 años y medio. Hasta que me quedé embarazada de Gael y Adrián decidió que no iba a tomar más tetita, porque si no no iba a quedar leche para el bebé. Pero esta es otra historia que os contaré con más detenimiento en otro post.
Besos y buen fin de semana