“Nuestras tropas son el acero de nuestro barco de Estado”

Publicado el 07 septiembre 2010 por Reven

Bill Van Auken

El discurso del presidente Barack Obama retransmitido a todo el Estado desde el Despacho Oval de la Casa Blanca el pasado jueves [27 de agosto de 2010] fue un ejercicio de cobardía y de engaño. Fue decepcionante para el pueblo de Estados Unidos y de todo el mundo en su caracterización de la criminal guerra contra Iraq. Y fue cobarde en su prosternación ante el ejército estadounidense.

El discurso no podía sino inspirar disgusto y desprecio entre quienes lo vieron. Obama, que en gran medida debe su presidencia al sentimiento en contra de la guerra del pueblo estadounidense, utilizó el discurso para glorificar la guerra a la que erróneamente se había considerado que él se oponía.

El pasaje más espeluznante llegó al final del discurso de 19 minutos cuando Obama declaró: “Nuestras tropas son el acero de nuestro barco de Estado” y añadió: “Y aunque nuestra nación navegue por aguas tempestuosas, nos dan confianza de que nuestro rumbo es bueno”.

El miserable discurso de Obama merece ser recordado por esta declaración más que por todas ambigüedades acerca de la retirada de tropas. Era una retórica apropiada para una república bananera gobernada por los militares o para un Estado fascista. El ejército (y no la Constitución, ni la voluntad del pueblo o las instituciones ostensiblemente democráticas del país) constituyen el “acero” en el “barco de Estado”. Se supone que los derechos democráticos del pueblo son un lastre que se puede arrojar por la borda cuando sea necesario.

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Bill van Auken fue candidato a la presidencia de los Estados Unidos de America en 2004 por el Socialist Equality Party y es periodista a tiempo completo en la actualidad.