Nuestro alzheimer

Publicado el 22 septiembre 2011 por Cronicasbarbaras

Seguramente usted y el cronista padeceremos Alzheimer si alcanzamos los 85 años de edad, cuando el mal seguramente se habrá apoderado ya de nuestra mente haciéndonos olvidar quiénes somos y quiénes son los que nos rodean.

Este miércoles fue el Día Mundial del Alzhaimer. Numerosos sabios nos alertaron sobre esa enfermedad identificada por el alemán Alois Alzheimer hace 110 años, y cuya incidencia crece aceleradamente porque nuestra vida se alarga más allá de lo que biológicamente sería conveniente.

Un científico español, el profesor de la universidad de Zaragoza, Manuel Sarasa, cree haber descubierto en perros, cuya demencia es parecida a la humana, un test preventivo y una vacuna que crearía anticuerpos contra las proteínas beta-amiloides 40 y 42, los marcadores causantes de la degradación mental.

Pero mientras no se autorice, quizás en 2018, el uso de esa vacuna, u otra, cuyos descubridores bien merecerían el Nobel, todos sufrimos Alzhaimer, bien porque lo llevamos dentro de nosotros desde nuestro nacimiento desarrollándose lentamente, bien porque a cerca de nosotros, quizás en nuestra misma familia, hay alguien que lo padece.

Si la persona con Alzhaimer sufre cuando comienza a detectar lo que le ocurre, quienes la rodean no se quedan atrás al observar y pretender atenuar ese deterioro que no se sabe bien cómo afrontar.

Una gran ayuda es la lectura de “Las amapolas del ovido” recientemente editada por Temas de Hoy, de la periodista británica Andrea Gillies, que vivió en su propia familia el drama de la enfermedad.

Con enorme ternura y a veces humor cuenta cómo fue descubriendo que los enfermos recuerdan las canciones de su infancia, o cuando llega el momento en el que se hace intolerable el sufrimiento propio al cuidar del enfermo.

Una lectura más que recomendable: nos será necesaria antes o después.

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SALAS