Detrás de Ignacio Echeverría, el “Héroe del Monopatín” condecorado este lunes con el mayor reconocimiento de la policía británica, hay una historia personal aparte de la de su valentía defendiendo a desconocidos al enfrentarse a los yihadistas que lo asesinaron, y que esa España “nación de naciones” con la que quieren derribar la Constitución.
¿De qué nación, aparte de la española, era Echevarría?
Nacido en Ferrol, lo registraron en el cercano As Pontes de García Rodríguez, donde había una mina carbonífera y central eléctrica de Endesa en la que trabajaba su padre.
Tenía nueve años cuando su familia se trasladó a Las Rozas, al lado de Madrid; luego estudió Derecho en las universidades Complutense y en parisina Sorbona.
Trabajó como abogado y hacía un año que estaba en Londres como controlador de cuentas contra el lavado de dinero en el banco HSBC, inicialmente fundado en Hong Kong en 1865.
Echeverría es otro caso de quienes cada vez más cambian de residencia en España y en el mundo: Ferrolano, de As Pontes, de apellido vasco y familia en Cantabria, de donde se sentía también, madrileño y roceño.
Se quiere encasillar a los españoles en tribus geográficas o lingüísticas cerradas cuya característica principal es la inmovilidad, cuando ya se es, en principio, parte de un conjunto mucho más amplio, del país llamado España, que algún día podría ser provincia de otro llamado Europa.
A lo que lleva el concepto de la “nación de naciones” es a que el alcalde de Ferrol, el podemita Jorge Suárez, se hubiera negado a ofrecerle el mínimo homenaje al héroe español porque “no era de aquí”; aunque también porque su fuerza política parece simpatizar más con los revolucionarios antioccidentales, incluyendo los islamistas, que con quienes se les enfrentan.
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SALAS