Nuestro Momento

Por Patricia Patricia Manzano Gómez @lavidaentrebibe

Hace 6 meses cuando me convertí en madre por segunda vez imaginaba mi vida  bien distinta a lo que me encuentro ahora. Pensamos que tener dos hijos supones tareas dobles, y la única verdad es que se incrementan pero no proporcionalmente.

En estos meses no puedo hablaros de lo que significa volver a tener un bebé en casa, por qué en realidad nunca he dejado de tenerlo; Inés tenía solo 20 meses cuando Marta se incorporó a la familia. Y como en todas, los cambios que se instauran necesitan de un periodo de adaptación. En la actualidad, repartir el tiempo se ha convertido para nosotros (mi marido y yo) en casi una obsesión. El cariño, el amor y el tiempo no se doblegan, sin embargo  este último es el “objeto “más valioso de este siglo. Y quien sabe administrarlo para alcanzar ápices de felicidad, es enormemente poderoso. ¿No creéis?

Mi día a día parece una contrarreloj en la que atender una familia y desarrollarse origina muchas veces una colisión brutal con múltiples heridos (objeto de otro post futuro), sin embargo nada que no se apacigüe al final de la noche disfrutando de nuestro momento.

Pensareis que os hablo de esa típica escena en la que una pareja después de una agotadora jornada descansa en el sillón de su casa, con un apreciado silencio de fondo que solo perturba la profunda respiración de sus hijos que ya descansan en sus respectivas habitaciones. Pues nada que ver con mi realidad…

El momento del que os quiero hablar lo comparto con mi hija Inés, se trata de nuestro baño. Hace mese que renuncié a largos baños de espuma en solitario a la luz de la velas, con sales aromáticas y mis canciones favoritas, a cambio de compartirlo con esta pequeñaja y toda su tropa.

El baño esta súper concurrido, no falta Peppa Pig con toda su familia, un circo, los patitos y un montón de cubos de diferentes tamaños, sin embargo no lo cambio por nada. Compartir este momento de intimidad con mi hija, ser parte de sus juegos y cómplice de sus sonrisas me aporta la dosis extra de energía para terminar el día. Y desde hace unas semanas compartimos ese momento tan especial con Johnson baby.

Contactamos con la marca para formar parte de una prueba de tres de sus productos, el jabón líquido, su champú clásico y la crema protectora de pañal, y la verdad que en líneas generales he quedado bastante satisfecha.

Calidad precio están en línea con el mercado en cuanto a productos de sus misma categoría y principales competidores, un poco por encima de marcas blancas, pero nada que no sea soportable para una familia media. En los tres casos cumple con la expectativas publicitadas, seguridad, suavidad y eficacia,  ahora bien, en mi opinión tanto el jabón liquido como el champú están muy por encima en calidad a la crema protectora para el cambio de pañal.

El jabón liquido es un producto de olor muy agradable, que si no lo conocéis os va a gustar por que contiene aceites que proporcionan a la piel de nuestros hijos una hidratación extra que se percibe desde el primer baño. A lo que se le suma su fórmula no llores más, que nos evita el primer sofocón que se desarrolla dentro del baño provocado por la espuma.

El champú, todo un clásico en mi casa, un producto con bastante solera que yo recuerdo desde que era una niña, y que hoy comparto con mi hija. Tiene un olor muy característico que solo destapando el bote u oliendo el cabello me transporta a la infancia, además de aportar suavidad y facilitar el peinado, que cuando contamos con hijas de pelo largo es un buen aliado. Y al igual que el jabón cuenta con la fórmula no llores más.

Y para concluir, os comento lo que me ha parecido la crema protectora para cambio de pañal. El precio óptimo y la textura genial sin embargo los resultados no me han convencido. Hablamos de que su uso ideal es de prevención, es para lo que está indicado, y no para cuando el daño es ya evidente. Yo no soy de expandir crema en la zona del pañal con cada cambio y prefiero que la propia piel cree sus defensas, con lo cual solo uso este tipo de cremas cuando la zona ya está dañada, enrojecida, etc. Y para esos casos, cuento con cremas que actúan mucho mejor. Sin embargo para todos aquellos padres que si consideran una buena opción la acción preventiva, recomiendo tenerla en cuenta por qué es una loción de olor agradable, de textura suave,  no grumosa, y que se aplica y absorbe fácilmente.

Espero que mi opinión os sirva de guía, y gracias Johnson baby por dejarnos participar de esta experiencia.

Autor Patricia Manzano

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