Hoy hace un mes…
Nos despertamos a las 5 de la mañana, más o menos. Yo no había dormido nada en toda la noche, es más, me quedé en el sofá para que (el que todavía era) Futuro Papá pudiera descansar que tenía que conducir una hora hasta el hospital. Los nervios me podían y sabía que sólo iba a dar vueltas en la cama, así que di vueltas en el sofá. No podía comer ni beber nada, ni agua. Me iban a intervenir quirúrgicamente y lo tenía prohibido.
Por la mañana no recuerdo nada hasta que nos metimos en el coche. Solo repasaba mentalmente la lista de todo lo que nos teníamos que llevar.
Llegamos al hospital una hora antes de lo acordado y tuvimos que esperar en recepción. No sabíamos cómo iba a ser todo, si vendría a vernos nuestra gine,si era como la operación de rodilla que fue entrar en la habitación y venirme a buscar en 10 minutos y todo sería tan rápido que no nos diéramos cuenta. Con los nervios era algo que prefería…
Pero nada más lejos de la realidad. A la hora acordada, las 8 de la mañana, nos llevaron a la habitación, me dieron el camisón y me metí en la camilla a esperar. Me sentía como en una habitación de hotel, la verdad… Y todo lo que hicimos fue esperar y esperar. Me enchufaron a un monitor, me tomaron constantes vitales y me dejaron esperando.
A las dos horas me dijeron que se había complicado el quirofano y que tenía que seguir esperando hasta no se sabe cuanto, pero que a mediodía lo tendría en mis brazos. Llegaron las (para entonces todavía) Futura Abuela de FP y Futura Tita de FP. Y seguimos esperando.
Y esperamos y esperamos… Llegó un momento en el que me iba a echar para atrás y me iba a pedir una napolitana con chocolate para desayunar porque no podía más. Y a los Diez minutos me avisaron que llegó mi turno. Además de pedirme disculpas…
13:30 nos preparan a Futuro Papá y a mí para entrar quirofanos, en el camino nos separan. A mí me presentan a varios profesionales médicos entre los que cuento a la matrona que nos dio el curso de preparación al parto (me encantaba, me alegro mucho de que fuera ella quien asistiera el parto), el jefe de turno de anestesista, auxiliares, el anestesista que atendió mi parto, al celador… Lo que me pareció más curioso es que debatieron sobre el protocolo en caso de que un padre asiste a la cesárea delante mía. Y la toma de decisiones en el momento.
14:10 me meten a quirofano, me ponen la epidural, me dejan tirada en la cama. Entra Futuro Papá y todo se sucede tan deprisa que no me doy casi cuenta de nada. El anestesista me lo iba contando todo lo que me hacían.
14:55 Futuro Papá me agarró de la mano todo el rato y en ese momento escuchamos un berrido y bajaron la pantalla de tela que teníamos tapando la operación. Y vi por primera vez al que ya era Bebé Fúturo. Nunca olvidaré esa imagen, estaba en pleno puchero y lo primero que hizo fue orinar sobre su madre. Pero me daba igual, él estaba bien, Papá Fúturo estaba a mí lado, era la mujer más feliz de la tierra.
Se lo llevaron a pesar, a medir y se llevaron a Papá Fúturo a hacer el piel con piel en la habitación mientras a mí me cosían la herida.
Y empecé a pasar el mayor de los calvarios que podía imaginarme… La recuperación de la anestesia. Hice todo lo posible para mover las piernas cuanto antes, pero según pasaba el tiempo iba creciendo dentro de mí una angustia atroz porque no estaba con Bebé Fúturo. Necesitaba sentir que era real, que existía de verdad. Todavía lloro pensando en lo mal que lo pasé.
16:40 por fin me llevan a la habitación. Ahí estaban Abuelo Fúturo, Abuela Fútura y Tita Fútura de PF… Habían visto y oído a mi pequeño antes que yo. Sé que no es culpa suya ni mía, pero es algo que me duele todavía muy adentro. Papá Fúturo estaba con el piel con piel y después de preguntar a la matrona si ya podía cogerlo yo, me dijo que por supuesto.
Sonará muy cruel, pero yo no hacía más que sentirme mal porque había pasado las dos primeras horas de mi hijo sin él. Y todavía me duele horrores esas dos horas. No lo podía decir en alto, estaba rodeada de la Familia Fútura de Papá. Para ellos era un momento muy feliz, no se lo iba a estropear.
La recuperación fue sorprendente mente rápida. La primera noche sí fue un poco mal, me tuvieron que poner dos chutes de medicamentos para el dolor insoportable. Pero fueron los únicos momentos de dolor real. Al segundo día la ginecóloga de guardia que vino a supervisarme me dijo que el protocolo marcaba tres días hospitalarios en caso de cesárea, pero que ya me veía preparada para ir a casa.
Todo el mundo se preocupó muchísimo por mí. La familia de Papá Fúturo fue muy atenta conmigo en todo momento. Todo el mundo estaba muy sorprendida de lo fácil que fue para mí subir escaleras desde el primer día (vivo en un segundo sin ascensor).