Pero poco a poco la cosa empezó a cambiar, nuestro tío era el mismo pero cada vez tardaba menos en aparecer por casa, sus juegos y gracietas comenzaron a cansarnos de tanto repetirlas y ya no nos parecía una fiesta verlo entrar por la puerta o salir del dormitorio de nuestra madre cuando nuestro padre no estaba en casa. La verdad es que llegamos a odiarlo con tanta fuerza que sería absurdo decir quien de los tres le asestó la primera puñalada. Pero es curioso porque ahora vemos a nuestro padre con otros ojos, cada vez que viene a vernos es una fiesta, trae regalos y sabe cómo animarnos, incluso dice que pronto a nuestra madre se le pasará el berrinche y también vendrá a visitarnos.
Pero poco a poco la cosa empezó a cambiar, nuestro tío era el mismo pero cada vez tardaba menos en aparecer por casa, sus juegos y gracietas comenzaron a cansarnos de tanto repetirlas y ya no nos parecía una fiesta verlo entrar por la puerta o salir del dormitorio de nuestra madre cuando nuestro padre no estaba en casa. La verdad es que llegamos a odiarlo con tanta fuerza que sería absurdo decir quien de los tres le asestó la primera puñalada. Pero es curioso porque ahora vemos a nuestro padre con otros ojos, cada vez que viene a vernos es una fiesta, trae regalos y sabe cómo animarnos, incluso dice que pronto a nuestra madre se le pasará el berrinche y también vendrá a visitarnos.