¿Por qué han aparecido los zombies? ¿A qué inquietudes responden? ¿Por qué nos atraen tanto?
Los zombies como figura literaria o fílmica están cobrando cada vez más preponderancia en nuestra sociedad. Son un fenómeno de masas que nos atraen como una luz a un mosquito.
No se trata del realismo. Nadie (o casi nadie) otorga más plausibilidad a los zombies que a la invasión marciana de “Mars attack”. Tampoco es un fenómeno que atraiga por la acción, aunque sea una parte importante en toda la producción cultural de zombies. La profunda atracción que nos producen va más allá. En mi opinión, los zombies son una excusa para plantear tres situaciones.
-El hombre ante el mundo: En la civilización hiperdesarrollada en la que vivimos, una persona está siempre protegida por los mecanismos de la sociedad. Uno no tiene que enfrentarse a casi nada. Si estás enfermo acudes a un médico, si te sientes amenazado llamas a la policía, si hay un incendio, a los bomberos. Nuestras preocupaciones son estudiar, buscar trabajo, llevar un sueldo a casa… Los zombies destruyen todo eso. Consiguen desmoronar los mecanismos de autoprotección de la sociedad y nos enfrentan, no solo a los propios comedores de cerebros, si no también a la naturaleza sin filtros. En los apocalipsis zombies tenemos que defendernos, buscar alimentos, curarnos… Es una manera de responder, a través de los protagonistas al “¿Sería capaz de…?”
-La relaciones humanas: El dicho de que a los amigos se los conoce en las situaciones difíciles es respondido por los zombies. ¿Qué relaciones podrían superar a la lucha por la supervivencia? Un hijo que destroce el cerebro de su padre infectado va a ver cambiada su relación con su madre inevitablemente. Pero no solo en la familia, también con las amistades. Pocas veces coincidimos en todo con nuestros amigos. Estas diferencias de opinión rara vez se resuelven, simplemente se obvian y se respeta la opinión del otro. En caso de que las diferencias sean insalvables estos dos amigos se distancian y no hay ningún problema. Pero en el caso de un apocalipsis zombie, donde las diferencias de opinión respecto a ciertos temas pueden suponer la diferencia entre la vida y la muerte esto sería distinto. Si las amistades son fuertes, se podría debatir, convencer, conseguir que uno de los dos ceda. Si esto no ocurre, no sirve simplemente distanciarse, porque no hay lugar al que ir y sin los mecanismos de control de la sociedad nada te impide resolver las diferencias con las manos. En esas situaciones se responde enseguida a que amistades son las buenas y cuáles no.
-Los roles: ¿Quiénes somos de verdad? Todos tenemos personalidades distintas, pero realmente hay pocas ocasiones de que estas se manifiesten. ¿Tenemos el aplomo de un líder? ¿Somos lo suficientemente seremos como para aceptar la autoridad? Quizá tengas la sensibilidad suficiente como para resolver los conflictos que surjan dentro de tu grupo. Quizá seamos egoístas o quizá tengamos el altruismo suficiente como para sacrificarnos por el grupo. ¿Somos valientes o cobardes? En el improbable caso de un apocalipsis zombie, llegaríamos por fin a conocernos a nosotros mismos.
Los zombies no solo intentan comernos es cerebro, si no que nos ayudan a fortalecer nuestras relaciones humanas, nos enseñan a enfrentarnos al mundo y nos descubren quienes somos realmente.
Orson López