bañada en oro el pie que el Tajo besa,
forme tu imagen en su curso impresa
la tabla de safir, del mundo vida.
Contigo el cielo su virtud divida,
haga por ti su celestial empresa,
eterno el Sol, y donde todo cesa,
el tiempo volador tu edad no mida.
Nueva ciudad del Sol, alma de España,
a cuyo nido en pedernal labrado
la paloma bajó de la paz dueño.
Admire el mundo en ti tan alta hazaña,
pues como el hombre fue mundo abriado,
eres, Toledo, en el cielo pequeño.
Baltasar Elisio de Medinilla (1585-1620) Soneto a la Imperial Ciudad de Toledo