Nueva Crisis de Deuda: Búfalos y Leones

Publicado el 11 abril 2012 por Jmbigas @jmbigas
A perro flaco, todo son pulgas, dice un sabio (como todos) refrán popular. Escuchaba el otro día a José Carlos Diez hablar en Los Desayunos de TVE. Este hombre, controvertido como todos los economistas en estos tiempos turbulentos, es economista jefe de Intermoney (el broker financiero más antiguo de España, creado en 1973) y desarrolla múltiples actividades tanto profesionales como académicas. Tiene un blog, El Economista Observador,  que es de los más seguidos del país en estos temas.

José Carlos Diez, economista jefe
de Intermoney
(Fuente: encuentrospor)

Hace años que le veo participar en debates televisivos y en entrevistas específicas, centradas siempre en temas económicos. A mi me gusta porque habla más clarito de lo que es habitual. Preguntado sobre la nueva crisis de la Deuda que estamos viviendo estos días (la famosa prima de riesgo se ha disparado de nuevo por encima de los 400 puntos básicos), planteó una comparación muy pertinente de la situación de los mercados con el Serengeti (para el caso, con la sabana africana, en general). Allí hay búfalos y hay leones, y también buitres. Todos son necesarios, cada uno en su papel y en una adecuada proporción, para el equilibrio correcto del ecosistema. Según parece, el problema más grave que tenemos en estos momentos no es tanto que suframos el ataque de los leones (los buitres siempre esperan a que la presa muera, y colear, todavía coleamos), sino que han huido los búfalos. El mejor ejemplo de búfalo en los mercados son los grandes fondos de pensiones y fondos soberanos. En concreto citó al Fondo Soberano de Noruega (constituido con los rendimientos del petróleo) que, según algunas fuentes, podría gestionar activos por un valor cercano al medio billón (en el sentido español de la palabra) de dólares, es decir, casi 400.000 Millones de Euros. Por su propia naturaleza (y también por ley) sus inversiones deben ser de bajo riesgo y con rendimientos razonables, pero sobre todo predecibles. Su objetivo es poder pagar las pensiones de los noruegos con los rendimientos del Fondo. Tradicionalmente, el refugio más habitual para este tipo de Fondos es la Renta Fija soberana, una inversión (en principio) sin ningún riesgo, de rendimientos moderados pero estables y predecibles. Lo que ocurre es que en la tormenta que se está viviendo especialmente en la zona euro, los rendimientos de los bonos de ciertos países periféricos se han disparado (hasta cerca del 6% para el caso español), pero el riesgo (o la sensación de tal, que es la que finalmente provoca la toma de decisiones) ha aumentado considerablemente. Los episodios griegos de quitas parciales y demás no contribuyen para nada a que los búfalos se sientan a gusto en esas condiciones. Manejando esos volúmenes de capital, la decisión de vender deuda española (o, para el caso, italiana) para refugiarse en otros valores más seguros (o de menor riesgo, al menos percibido) afecta directamente al valor que esos activos tienen para el mercado. Su decisión de vender unas decenas de miles de millones de deuda española envía al cielo a la prima de riesgo.

Una leona ataca a un búfalo
(Fuente: bfotos)

Los búfalos, típicamente, se desplazan a nuevos territorios con ambición de largo plazo, para pastar tranquilamente durante mucho tiempo. Pero si los pastos parecen agostados y escasean, la manada emigra a otros territorios más hospitalarios. O, lo que es casi peor, si los pastos abundan pero no se regeneran (es decir, no hay crecimiento económico) el alto rendimiento no les compensa para asumir un riesgo percibido muy importante. Los leones, antes de atacar, siempre intentan identificar a los ejemplares más vulnerables, a las gacelas más desprotegidas. El racional es muy simple: ¿para qué intentar algo complicado, si pueden obtener el mismo resultado haciendo algo simple?. Los leones matan algunos ejemplares, pero siempre quedan más, que se reagrupan para mejor defenderse de sus ataques. Sin embargo, cuando la manada de búfalos decide emigrar a otros territorios, cunde el hambre y el frío. Porque no se puede cazar lo que no existe, y falta carne para comer y pieles para abrigarse. Si los búfalos huyen, los leones también lo harán, persiguiendo a sus presas. Detrás sólo quedará el terreno yermo. En otras palabras, el motivo principal (seguro que no el único, claro) de esta nueva crisis de la Deuda no es tanto el ataque de los mercados (la agresión de los especuladores, la caza de los leones), sino más bien la huida de la manada de búfalos (el refugio de los grandes inversores de perfil eminentemente conservador en otros valores de mucho menor riesgo percibido). Las recetas que se vienen aplicando desde la Unión Europea, y las drásticas medidas económicas ya introducidas (y por venir) del Gobierno de Rajoy, no contribuyen a tranquilizar a los búfalos. Porque los recortes casi indiscriminados anulan las (débiles) posibilidades de crecimiento de la economía. Aumentan los impuestos y se recorta el gasto público; eso lleva a una recesión de manual. La hierba crece frondosa (los rendimientos son elevados) pero los pastos no se regeneran y pronto el terreno estará esquilmado. Los búfalos, rumiantes inteligentes al fin y al cabo, buscan otros territorios donde la hierba crezca más despacio, pero se regenere a buen ritmo, garantizando que sus crías podrán seguir pastando tranquilamente allí por muchos años.

Imagen del desierto de Altar, Sonora, México. Aquí no te
atacan los leones, pero no hay qué comer ni beber.
(Fuente: HGCYC)

La auténtica asignatura pendiente de la economía española, en particular, en estos tiempos convulsos, es el crecimiento. En estas circunstancias, convendría recordar una de las frases célebres de Albert Einstein: Things should be made as simple as possible, but not any simpler. En una traducción libre, podríamos decir que las cosas deberían hacerse tan sencillas como sea posible, pero no a cualquier precio. En Economía, todo está vinculado, interconectado. Una política de solamente ajustes y recortes, acabará provocando el estrangulamiento de la maquinaria. Ni siquiera el objetivo de déficit se podrá alcanzar, ya que los ingresos previstos no se podrán sostener en una economía en caída libre, en plena espiral constrictivaPor eso desconfían los búfalos. Para una familia, una empresa o un país, la forma más rápida de librarse del déficit es bajar la persiana (no se ingresa nada, no se gasta nada, déficit cero). Claro que la consecuencia de eso es la muerte rápida. JMBA