Tal vez ésta sea una de las demostraciones más convincentes de la existencia de Dios. Requiere un pequeño preámbulo para adquirir la noción de causa ejemplar, que no es más que la aplicación del principio veritas adaequatio rei et intellectus est:
1. Llamo idea positiva a la que expresa un objeto, e idea negativa a la negación lógica de una idea positiva.
2. Los objetos expresados por las ideas positivas son sus causas ejemplares.
3. Corresponde a las causas ejemplares contener formalmente todas las propiedades que las ideas positivas nos hacen conocer.
4. Por tanto, las ideas positivas expresan a causa de sus objetos las propiedades que están contenidas formalmente en ellos.
Acto seguido debemos definir qué entendemos por Ser perfecto y qué por Dios:
Ser perfecto es el que, existiendo por sí mismo, no puede perder nada de su ser ni recibir nada en él.
Dios es el espíritu perfecto suprasustancial en tanto que indivisible, inmóvil, inmutable, infinito y por encima de toda naturaleza.
Tras ello, el argumento procede del siguiente modo:
1. Toda idea positiva tiene una causa ejemplar.
2. De toda causa ejemplar debe predicarse la existencia, pues lo inexistente no puede ser causa de nada.
3. Poseemos la idea de unidad, es decir, de aquello que no es susceptible de división.
4. Por tanto, la causa ejemplar de nuestra idea de unidad existe, conteniendo formalmente todo lo que ella expresa y siendo, en consecuencia, indivisible.
5. Ahora bien, no existe ninguna unidad real en la naturaleza, ni ésta es en sí misma una unidad, pues todo en ella puede dividirse y está -de hecho- dividido.
6. Por tanto, la unidad real existe fuera de la naturaleza.
7. La unidad real así concebida existe por sí misma (al situarse fuera del reino de las causas) y no puede perder nada de su ser ni recibir nada en él, ya que en caso contrario dejaría de ser unitaria. Es por esta razón indivisible, inmóvil, inmutable, infinita y por encima de toda naturaleza.
8. Por tanto, la unidad real así concebida es el Ser perfecto o Dios.
9. Puesto que la unidad real existe (al ser causa ejemplar de nuestra idea de unidad), Dios existe.