Foto de Europa press
Castilla y León, junto con el resto de España, necesita un proceso constituyente que cambie las bases sobre las que está instaurado el actual sistema económico que prioriza el déficit y la economía del austericidio antes que los derechos humanos.
Partimos de unos años en los que la militancia socio-política ha paralizado determinadas decisiones políticas contrarias al bien común. En Palencia, que el parque Ribera Sur no haya dejado de serlo es una buena noticia, que quieran convertirlo en ampliación del campo de golf es una mala noticia. En la actual situación de emergencia social en que viven miles de familias, estas dinámicas militantes tienen que pasar a procesos más amplios, con mayor respaldo social, que permitan directamente que dichas decisiones dejen de tomarse así.
Hay que hacer autocrítica y decir que no supimos dar el salto desde esa militancia formada y luchadora hacia aquellas personas que no veían las luchas colectivas como algo suyo. Nos ha faltado poder socializar esas causas justas para que la gente se involucrara masivamente a las mismas y prolongar las victorias sociales para que influyeran en la toma de decisiones previas.
Creemos como decía Anguita hace pocas fechas en un manifiesto que: “El futuro de los hijos y nietos así como el nuestro propio, no puede descansar sobre los hombros de los más concienciados sino de la inmensa mayoría que sufre la situación.”
El clima enquistado de corrupción inherente al sistema donde quienes han saqueado las cajas de ahorros, han falseado las cuentas del partido, han recibido sobresueldos o han tenido cuentas en paraísos fiscales, han facilitado esta dinámica de cambio social cuya evolución está por definir. Lo que queda claro es que quienes han gobernado hasta ahora no tienen autoridad moral para poder llevar a cabo la regeneración democrática, que es preciso cambiar el tablero y volver a poner uno nuevo donde quienes manejaban las piezas, llámense Bárcenas, Pujol, Urdangarín u otros, queden excluidos.
Esta realidad social ha facilitado la aparición de plataformas en defensa de las personas que estaban padeciendo estas problemáticas, junto con quienes se prestaban voluntarios para luchar contra esas injusticias. Esto hizo que mucha gente que no provenía de los movimientos sociales clásicos se vinculara a estos nuevos(de los que hablaba Fdez. Buey y Riechmann en Redes que dan libertad) y empezara a descubrir que son agentes políticos de transformación social. La política es importante para tu vida aunque no seamos conscientes de ello.
El cambio producido por la generalización de la lucha ha sido significativo, con mucha gente directa o indirectamente afectada por el desempleo y sus consecuencias: pobreza energética, pérdida de la vivienda, recortes en educación y en sanidad que dificultan la generalización de estos servicios de manera pública, universal y gratuita.
En este proceso se ha generalizado la distinción entre lo político y lo electoral. Gracias al 15M, que fue visto por muchos como un impulso de politización de la ciudadanía y un aire fresco para un modelo de sociedad apolítico que se dejaba guiar entre un modelo bipartidista con caras distintas y proyectos económicos similares.
Ahora, nuestra lucha está en generalizar estas experiencias que permitan al conjunto de la ciudadanía que no está organizada ni lo ha estado, pero que comparte con nosotras y nosotros la necesidad de mojarse en un cambio de rumbo, participar activamente como sujeto político colectivo organizado para revertir las políticas que benefician a las grandes empresas en lugar de al pueblo. Procesos más amplios donde la gente sea protagonista controlando las decisiones que se toman desde las distintas instituciones.
Las nuevas formas de hacer política tendrán que evolucionar, hay que regenerar la política para acercarla a la ciudadanía, habilitar nuevos cauces de participación para saber y poder tomar las decisiones de modo adecuado, el mundo en que vivimos tiene que ser eje central sobre las decisiones que tomemos, …
Aparece gente nueva en los actos socio-políticos de formación, entrando en una dinámica de concepción de la realidad distinta, cuestionando por qué teníamos que padecer las consecuencias de una crisis-estafa que no era nuestra responsabilidad. La generalización de las nuevas tecnologías, así como las redes sociales facilitó mucho una descentralización de la información y una relación más directa en el conocimiento de la misma, así como incrementó las formas de participación y concienciación política.
De la socialización de este proceso entre los diversos actores sociales y políticos existentes en nuestra comunidad y de la capacidad que tengamos para generalizar hacia afuera de la sociedad organizada todo este debate dependerá que podamos iniciar en Castilla y León un proceso constituyente que se asiente sobre la poli-ética. Una política basada en la ética para la construcción de algo sobre una base real, la generalización de una verdad no introyectada por los medios de comunicación sino donde el proceso personal y compartido, donde la colectivización de los argumentos haga posible generalizar una pluralidad de visiones y compatibilizar la defensa de las mismas llegando a acuerdos en lo fundamental.
Todo esto, complejo en cualquier otro sitio, se agrava en una comunidad sin la construcción identitaria que permitiría a su población sentir pertenencia a Castilla y a León, no como una comunidad excluyente ni mejor en comparación con, sino como un sitio donde poder vivir y del que sentirse orgullosos de estar viviendo. Y donde poder llevar a término nuestros proyectos de vida personales, familiares, laborales, …
El trabajo realizado en Palencia, en el ámbito de lo municipal, y la trayectoria de lucha compartida desde hace tiempo ha permitido la realización de un proceso desde distintos planteamientos que va a poder, en mayor o menor medida llevar a cabo un proceso político de confluencia. (Esperemos que pueda ser total.)
Es preciso iniciar un tiempo nuevo donde lo que se ponga en valor sea la movilización social para poner encima de la mesa cuáles son los temas prioritarios para la ciudadanía. Y los representantes políticos tendrán que luchar por ello. Todo lo contrario a lo que ha sucedido en nuestra ciudad con el tema de la Pasarela de los Tres Pasos, donde el Alcalde de Palencia ha retado a sus ciudadanos a llevar a los tribunales al Ayuntamiento. No se trata de retar a los ciudadanos sino de incrementar la fórmulas para la participación ciudadana en el ámbito local. Lo normal sería convocar una consulta ciudadana y que la gente se pronuncie a favor de una u otra solución. Pero el poder que tienen es muy débil y se resquebraja, por eso no quieren arriesgarse a conocer si representan o no la voluntad de la mayoría en este caso.
Coincido también con el planteamiento de José Sarrión en el acto de presentación de su precandidatura a las primarias de IUCyL, lo electoral será una pata más que pueda reforzar la movilización en la calle, la concienciación y generar un respaldo popular crítico con la candidatura y el programa que presentemos a las elecciones, en los distintos ámbitos. Sino se percibe como un elemento que potencie otras luchas, no sirve para nada.
Apostaremos por la confluencia y la convergencia que desde hace tiempo está en nuestros documentos políticos para construir una Castilla y León distinta. Sinceramente, considero que José Sarrión, un militante de base de Izquierda Unida, es la mejor persona par encabezar este proyecto.
El acto de presentación de su candidatura en Palencia será el martes 27 de enero, a las 19:00 en la biblioteca pública de Palencia. ¡Nos vemos en la lucha!