¿nueva rumasa versus acs?.

Publicado el 23 febrero 2011 por ArÍstides


GOBERNAR ES PACTAR; PACTAR NO ES CEDER de G. le Bon

El imperio de Ruiz Mateos entra en concurso de acreedores y con ello 5000 accionistas que corrieron a depositar 140 millones de euros al reclamo de unos altos intereses. A fecha de hoy todo son lamentaciones de unos (empleados y accionistas aunque éstos pueden cobrar en especie) y sonrisas de aquéllos que se ufanan hoy en decir que ya se lo esperaban. Pero lo cierto es que los grandes gurús de la economía no pusieron el grito en el cielo y que los grandes medios de comunicación se frotaron las manos ante el maná de la campaña publicitaria de Nueva Rumasa.

El menda no pasa de ser un currelita normal y, aunque no es tan avispado como los grandes ecónomos de las finanzas, está temeroso por los nubarrones que se ciernen sobre un coloso de la economía estatal y que en su huída hacia adelante se puede dar un batacazo de órdago a la grande (me gusta el mus). ACS entró en el 2006 en Iberdrola con el fin de repetir los pelotazos de Endesa y Fenosa. La idea de su presidente es la misma: hacerse socio mayoritario, trocear la empresa y venderla a los mejores postores. Para ello se ha valido de sociedades interpuestas que, mediante la compra de acciones y derivados, han llegado a controlar el 20% de la eléctrica con el fin de poder reflejar en su contabilidad la parte correspondiente a la eléctrica (hasta entonces sólo se podían apuntar los dividendos).

ACS, en su loca carrera por hacerse con Iberdrola, ha tenido que realizar desinversiones y lanzar una Opa contra la constructora Hochtief con el único fin de crecer en tamaño y diluir sus pérdidas gracias a la solidez financiera de la empresa alemana. Por el camino ha perdido accionistas de referencia como los March, que vendieron el 5% de ACS; aunque Florentino, con anterioridad, fue capaz de quebrar la voluntad del gobierno y hacer que se aprobara la ley conocida por su nombre, mediante la cual se eliminan los tantos por ciento de protección de la cartera contra la entrada en las sociedades de rivales directos.

En la actualidad, su asalto a Iberdrola está condicionado por la resolución que dicten los juzgados de Madrid y Bilbao ante las demandas de las partes afectadas. Pero -y aquí viene el riesgo- como sea la eléctrica quien gane, ACS se queda con una deuda de 4.4250.000.000 de euros pedidos a crédito y que ha tenido que refinanciar en varias ocasiones con la banca. El batacazo puede ser monumental, porque en realidad ACS sólo contrala de forma directa el 3,82% del capital de Iberdrola. El 17% restante lo hace por medio de filiales como es Residencial Monte Carmelo (6,58%).

La constructora presidida por Florentino es un pozo sin fondo que arrastra una importante deuda y que goza de refinanciación, no por el gusto de los bancos, sino porque el debe es tan elevado que de no hacerlo las pérdidas serían descomunales. Así que ojito. Que luego no se diga que no se dijo y que no se sabía. Mientras tanto los grandes medios de comunicación seguirán, como con Nueva Rumasa, más preocupados del maná de las campañas publicitarias de ACS que de informar; los políticos seguirán sin querer ver lo que es un secreto a voces y los economistas ya se preocuparán después de explicar lo que puede ocurrir cuendo esto ya haya sucedido.