Los medios de comunicación están saturados de noticias de guerras, muertes, violencia y destrucción. Se cuentan por cientos de miles las pérdidas de vidas humanas generadas por la incesante barbarie en la que la humanidad está inmersa. Fuerzas que empujan hacia el caos, el desorden y el dolor.
Afortunadamente también existen las fuerzas que empujan hacia el progreso, la estabilidad y el crecimiento económico y social de la humanidad. Una de ellas y quizás una de las más importante es el proyecto mundial llamado “Belt and Road Initiative” (BRIZNA), “One Belt, One Road” (OBOR) o simplemente la “Nueva Ruta de la Seda” (NRS)
Se trata, a grosso modo, de revivir la antigua ruta de la seda, pero con todos los recursos modernos. Su impacto a nivel mundial seria colosal tanto por su volumen económico como por la enorme cantidad de recursos sociales, humanos y políticos involucrados.
El proyecto afectara a 60 países, el 75% de las reservas energéticas conocidas al mundo, el 70% de la población mundial y generaría el 55% del PIB mundial
Los principales actores en este escenario serán China y Rusia, debido a factores geográficos y geopolíticos. No se esconde como secreto que un proyecto de esta naturaleza daría un vuelco total al comercio mundial y a la distribución de poderes en el mundo.
Será de gran beneficio para miles de millones de personas que sentirán los grandes efectos trasformadores en sus respectivos países. Y estos cambios estarán indisolublemente ligados a conciertos de paz y estabilidad, algo muy necesario para un mundo cada vez más propenso a convertirse en tierra de NADIE.
Gracias
Raudelis