Al poco de empezar a leer queda claro de que se trata de un amor no correspondido, ya que la comunicación es prácticamente unidireccional: sólo el insigne y destacado empresario se dirige al honrado banquero (y secuaces), sin que éste se digne a prestarle su atención. Debe de ser duro estar en esa situación... ver como cada día tu amado atiende amablemente a otros, no necesariamente mejores ni más guapos que tú, mientras a ti te desplanta. Es de entender que en esta situación Ruiz Mateos desatendiera sus negocios hasta el punto de llevar a sus empresas a la ruina... mal de amores...
Seguramente tampoco habrá tenido nada que ver en este desastre el hecho de que utilizara estas empresas para generar ingresos para la Iglesia Católica. Invertir, exprimir, desinvertir. Y lo que se ha sacado, sacado queda, y aquí ya no vuelve. Pecados no le quedará ninguno, ni a él, ni a su señora (y durmiente futbolera) esposa, ni a ninguno de su caterva de hijos, a juzgar por la cantidad de pasta que ha debido de donar esta insigne familia a lo largo de los años...
Pero, señor Botín, ¿por qué le hace usted esto a su pretendiente? ¿no se da cuenta de que muere de amor por usted? ¿no se da cuenta de la cantidad de nuevos parados que tendremos por su falta de atención? ¿no tiene usted sensibilidad?
Además, aunque el Papa y toda su recua de fatuos esté pertinazmente opuesto al matrimonio entre personas del mismo sexo, en el caso de un contribuyente tan insigne como el señor Ruiz Mateos seguro que hacen una excepción... o, al menos, la vista gorda. Así que esta unión contaría con el beneplácito de toda la curia...
Qué pena, qué gran desastre... con la buena pareja que hubieran hecho.
PD: Propongo una recogida de firmas para que la Iglesia "despenalice" el suicidio y este señor se pueda pegar "el tiro" tranquilamente, sin remordimientos...
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