Nueva York: La ciudad de las oportunidades

Por Liberal

Estimados señores lectores: Lo que me ha pasado esta semana en Nueva York ha sido increíble. Como algunos ya sabéis, el Upper East Side es el nombre de mi barrio en Manhattan. Ahí es donde tengo mi oficina y desde donde dirijo varias operaciones. Pues bien – una gélida mañana de diciembre me levanté y pensé, “hace más de una década, me comí el mundo en esta ciudad hostil. Tengo que volver a hacerlo, tengo que volver a la política de alguna manera. No me puedo quedar quieto y permitir que con mi silencio cosas que veo inaceptables donde vivo queden impunes o sin por lo menos darles guerra”.

Nueva York, al ser una ciudad profundamente democrática (normal, porque es una ciudad intrínsecamente protestante en sus orígenes) tiene decenas de juntas vecinales residenciales en cada distrito electoral. Estas juntas se encargan de denegar u otorgar licencias a los distintos locales que quieran abrir en los barrios, tratan temas de calidad de vida (ruido de las discotecas, jóvenes que destrozan cosas por la noche o hacen sus necesidades en la calle, etc) y en general velan por la seguridad o temas controvertidos que afecten a las zonas del barrio.

Algunos de los “temas calientes” aquí incluyen el tema de los casinos y prostíbulos así como los colegios concertados y el número de bares en cada distrito. Me comentaron mis amigos republicanos que debería ir a las reuniones, a las juntas vecinales y darme a conocer. Y así fue. Empecé a ir el mes pasado para intervenir forzosamente y con contundencia en las reuniones sobre distintos aspectos que me afectan o que veía necesario para combatir. Nadie, nadie, nadie me conocía de nada en estas reuniones. Iba como siempre voy y estoy – repeinado, encorbatado y enchaquetado. Ese es mi estílo y nadie me lo va a cambiar por más que quieran cambiar mi aspecto conservador. Yo no nací para llevar vaqueros y deportivas, lo siento. Al principio, pocos me miraban. Pero ya a principios de este mes, enero, varios vecinos me han dicho “thank you, thank you for your words” cuando expresé mi máximo rechazo a la apertura de un prostíbulo en la zona ya que la esclavitud, la esclavitud del siglo XXI es la prostitución de mujeres pobres y me dan ganas de vomitar ver la actitud libérrima de algunos con este tema. Empecé a dar mucha caña en contra de la posible apertura de un prostíbulo en nuestro distrito. La Junta empezó a tomar nota de mi presencia.

Nueva York es una ciudad increíble, donde gente que no te conoce de nada puede ver en ti mérito y te lo hacen saber (al igual que te pueden mandar al infierno si no caes bien o tienes un defecto visible). NY es una ciudad dura, repito, pero con posibilidades infinitas para el que tenga el toque de hierro. Si eres una persona firme con las ideas claras, es una buena ciudad para ti. Si eres tímido como son muchos españoles y otros europeos, lo vas a pasar muy mal aquí porque los “nativos” de Nueva York son muy expresivos con su desagrado o agrado, según te vean.

Hace 2 semanas, uno de los vecinos que acude habitualmente a estas reuniones, un señor muy mayor de 83 años y de orígen alemán me dijo, “Oiga, señor, ¿y por qué usted no se presenta como candidato a la Junta?” Yo, alucinando, le comenté que no soy “nativo” del barrio y que ni siquiera me conocen los vecinos. “Anda ya…¿y tú crees que esos cerdos en el otro tribunal eran conocidos cuando se presentaron? ¿Qué más da que no te conozcan o que no hayas nacido en el barrio? Tú ya eres de aquí, trabajas aquí, vives aquí prácticamente y tienes buenas ideas, eres un tío muy listo. Tengo 83 años y sé lo que digo”. Entonces le pregunté que cómo me presento, que todo me parecía muy raro y demasiado sencillo para ser realista. “Que no hombre, uyy, una pregunta, ¿de dónde eres?” Yo: Soy español. “Vaya por Dios, pues no conozco a España pero espero que no sean todos tan nerviosos como tú. Preséntate. ¿A qué esperas?” Pero ¿¿cómo?? “Hombre, ¿¿es que no ves las hojas esas en la mesa?? Vé y pregúntale a Gloria, la secretaria, que te dé una hoja para que escribas tu ensayo y carta de presentación. Si les gusta, te van a elegir sin problemas. No desperdicies las oportunides joven”.

Y así fue, estimados lectores. Rellené la hoja con mis datos, escribí un ensayo muy retórico sobre mis planes para el barrio y por qué me presento, quién soy.

Pues, BUENAS NOTÍCIAS: La Junta de mi barrio en Manhattan, que regula todo lo que tenga que ver con la calidad de vida para los que vivamos o trabajemos en el “Upper East Side” ha aprobado mi solicitud de candidato y ya soy miembro pleno de la Junta. Lo primero que voy a hacer es mirar con lupa a los locales que abran y generen suciedad o contaminación en el barrio o que tengan problemas de higiene y provoquen una sensación de anarquía insoportable en nuestras calles. Pienso ser mucho más abierto con el tema de las licencias de alcohol siempre que cierren los locales a las 4 de la madrugada como muy tardar (siguiendo la ley del estado de Nueva York que permite abrir hasta las 4) y las discotecas a las 7 de la mañana pero éstas solamente dos días a la semana para generar un equilibrio de paz pública en el distrito a la vez que protegemos el derecho de los jóvenes a pasarlo bien, en libertad y seguridad, dentro de las leyes locales.

Nueva York es una ciudad increíble – cualquier extranjero aquí tiene muchísimas más oportunidades porque esto sí es una ciudad abierta a todos. En España, como no conozcas bien a la gente y no tengas enchufe, lo llevas crudo. Por eso tanta gente adora a Nueva York y los extranjeros saben valorarla más todavía. ¿Quién me hubiera dicho a mí que en solo un año, ya estaría en esta posición y solo por mis méritos de ideas tales como presenté en mi solicitud de candidatura? La Junta vecinal del “Upper East Side” es la más derechista de Manhattan y es famosa porque es la que más deniega licencias de apertura a ciertos locales. El mes que viene, trataremos de fondo la cuestión de los colegios concertados en este barrio. No pienso dar tregua hasta que se cierren definitivamente todos los concertados o empiecen a pagar alquileres e impuestos a la ciudad. Si ellos quieren hacer negocio con la educación, que paguen como todo el mundo.

Tampoco pienso que las mezquitas que no colaboren en la Guerra contra el terrorismo queden impunes – si hay una mezquita en la zona predicando el odio, queremos saberlo para que la policía tóme nota así como el FBI. En este distrito, los grupos y asociaciones que vivan del odio no se sentirán cómodos. ¿Estás predicando el odio contra Israel y los judíos? Tén por seguro que no te sentirás cómodo en este distrito electoral. ¿Estás justificando prácticas contra la higiene en el nombre de la cultura de tu país de orígen? Aquí no vas a sentirte muy cómodo que digamos…porque vamos a ser implacables con las leyes de higiene que se aplican a todos.

Este es un distrito de orden, de tolerancia y de libertad dentro de las leyes. El reto es encontrar un equilibrio donde la gente “diferente” se sienta cómoda pero que a la vez los residentes no se sientan inseguros tampoco.

Gracias, Nueva York y su gente – gracias por darme las oportunidades que España y Europa jamás me dio ni me daría. Europa, bien, para verla en fotos y visitar sus museos. Pero, ¿para comerte el mundo? ¡Viva América! Es muy cierto aquella frase: el que triunfa en Nueva York, ha ganado la guerra de la vida.

Todavía no me puedo creer lo que ha pasado. No es que el puesto sea “gran cosa” ni mucho menos, pero es que no es la primera vez que Nueva York me ofrece algo tan interesante para mí. Cada vez que entro a la ciudad, siento que “algo” fuerte me va a pasar, para bien o para mal. He vivido momentos muy tristes aquí pero también circunstancias que me han impactado profundamente para positivo. Ahora está cayendo una gran tormenta de nieve de nuevo, a -16ºC ahora mismo. Estamos teniendo un invierno cruel este año, pero al menos sirve para darme tiempo y reflexionar sobre mi vida, los logros y quizá algún legado. Eso para otro momento. Lo que sí puedo afirmar, contundentemente, es que EEUU sigue siendo el país de las oportunidades — no es lo que era hace 30 años en la gran década liberal de Ronald Reagan, pero si comparamos con la decadente Europa actual, aquí todavía se puede por lo menos soñar y es mucho más probable que encuentres un empleo al menos. Y ya sabemos que la gente que no sueña, no suele tener esperanzas en la vida y son fáciles de controlar. Quien tiene el control, tiene el poder, parafraseando al lobo-demonio de la famosa película de los 80 “La historia interminable”. Cada uno tiene distintas experiencias en la vida, pero por lo menos en mi caso, todo lo importante que he conseguido en la vida, en materia laboral o profesional, ha sido gracias al dinamismo y carácter liberal de EEUU.

Por último, quiero comentar también que nuestro bufete de abogados ha ganado un caso importante que establece una jurisprudencia plenamente moderna y liberal en casos de acoso sexual por parte de un enfermero hacia un paciente. La sentencia nos da la razón y no otorga ningún tipo de compensación al paciente. Os lo explico: La juez Janet Z. Smith de New Jersey afirmó su acuerdo con nosotros que los daños que surgen en casos de acoso sexual no están cubiertos por el seguro médico de un paciente. Nuestro cliente, acusado de acoso sexual, también fue absuelto de mala fe, ya que en ningún momento obró con mala fe ni por supuesto contra el consentimiento de la supuesta víctima que en todo momento mostró su disponibilidad voluntaria para realizar actos sexuales con el fin de darle placer carnal a nuestro cliente. Hay que separar la incompetencia profesional de las relaciones sexuales que puedan o no puedan estar cubiertas por el seguro del acosador.

Un gran saludo a todos