En la última entrada sobre Nueva York, os dije que “Nueva York fue fundada por holandeses protestantes-calvinistas. A los holandeses calvinistas les importaba un bledo todo salvo ganar dinero. Mientras más dinero ganabas, más cerca estabas de Dios”. Ese materialismo, esa búsqueda del éxito personal ambicioso es lo que ha dominado a Nueva York durante los últimos 4 siglos.
La estructura de la ciudad es tal que te obliga a estar cerca de la gente, observándola, constantemente, quieras o no, gente que además no se parece en nada a sus vecinos, gente radicalmente distinta tanto en estílo como en cultura. Nueva York es una ciudad que está cambiando constantemente, a veces para mejor, otras para peor. Puedes venir aquí y reinventarte, sin miedos o complejos. Nueva York es una ciudad absolutamente capitalista, con todo lo bueno y sí, todas las miserias humanas que genera también (pocas si comparamos con otros sistemas políticos, no obstante).
Nueva York es el laboratorio supremo de la vida moderna, el centro cultural y financiero de todo el mundo. Nadie se hubiera podido imaginar eso cuando el hombre blanco descubre la isla de Manhattan en los 1600s, sobre todo teniendo en cuenta que en aquellas fechas ya existían ciudades milenarias como Londres, Roma o Jerusalén.
Nueva York es la mejor bahía del mar Atlántico. Sirve como una entrada a Norteamérica. Sería imposible entender a esta ciudad sin entender su bahía y otros elementos geográficos. Inicialmente, los indios que se encontraban aquí se llamaban los Lenape y estaban muy felices al ver llegar a los exploradores europeos. 15 años después, en la primavera de 1624, los primeros barcos de colonos europeos empezaron a llegar aquí en masa.
Pero desde sus inicios, el plan siempre fue capitalista, o sea, comercial. La Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales fue la empresa dedicada a esta labor de fundación en Nueva York. Según la wikipedia: “La desembocadura del río Hudson, fue seleccionada como el lugar ideal para establecer un primer asentamiento, ya que tenía fácil acceso al mar, a la vez que aseguraba una línea de suministro libre de hielo para el puesto comercial de piel de castor cerca de la actual Albany. Entre 1621 y 1623, se ordenó a los comerciantes privados desocupar el territorio, abriendo el camino para los colonos holandeses y los comerciantes de la WIC. A partir de allí sobre estos territorios se aplicaría las leyes y ordenanzas de los estados de Holanda.
En 1624 el primer grupo de familias arribó a Noten Eylant (hoy Isla de los Gobernadores) para tomar posesión del territorio de los Nuevos Países Bajos y operar diversos puestos comerciales. En su mayoría se instalan río arriba en el valle del río Hudson, mientras que en la isla de Manhattan, se encuentran unas plantaciones y algo de ganadería. Un año después, bajo la amenaza creciente de un ataque proveniente de otras potencias coloniales, los dirigentes de la WIC decidieron proteger la desembocadura del río Hudson, y reagrupar las actividades de los puestos comerciales en un recinto fortificado. Se decidió que el sitio apropiado era al sur de la isla, cerca del actual Battery Park.” Estamos hablando de una empresa tan poderosa y rica, que en comparación con una de hoy en día, sería más poderosa que Apple o IBM hace unos años.
La mayoría de los primeros colonos no eran holandeses en realidad, sino belgas francófonos Hugonotes (calvinistas). Cuando llegaron estas primeras familias (110 en total), llamaron la isla “Manhattan”, posiblemente de una palabra india, que significa “sitio de embriaguez general”, un significado que aún es cierto en Manhattan, pues si no bebes alcohol en esta isla, estás perdido. Otros asentamientos de colonos rápidamente surgen: Brooklyn, nombrado por un pueblo holandés y, más al norte, una zona de plantaciones cuyo propietario era el holandés Jonas Bronck y lo que hoy es el famoso BRONX.
En 1626,llegaron los primeros esclavos de raza negra, desde Angola. Ese mismo año, los hombres blancos proponen a los indios comprar la isla de Manhattan por el equivalente de unos 600 dólares actuales. “Hemos comprado la isla de los hombres rojos asilvestrados”, dijeron aquellos colonos en sus documentos. Vemos que, al igual que ahora, uno de los temas centrales de la ciudad siempre ha sido la compra de tierra o propiedades. A Nueva York se viene a ganar dinero. Desde sus inicios ha sido así.
Pero ya había problemas desde los inicios. Los holandeses no estaban tan interesados en venir aquí. Desde un punto de vista holandés, era mucho más fácil ganar más dinero que en Manhattan en las islas del Caribe, entre otras. En Nueva York, el comercio importante en Manhattan, el tráfico de la piel de castor sencillamente no daba tanto dinero. En el invierno de 1643, los problemas se agudizaron por culpa de un director incompetente, Willem Kieft que intentó cobrarle impuestos a los indios. Cuando resistieron, inició una guerra brutal, masacres incluidos, contra ellos que duró un año; “el año de la sangre”. La colonia entró en decadencia social: aumentaron las borracheras, las peleas, los robos y la violencia de los colonos entre ellos. La moral estaba por los suelos. Lo más interesante de esta época es cómo inició cierto patrón de comportamiento para la ciudad. No recuerdo la cifra exacta pero creo que por cada 20 hombres, había una taverna. Creo que solo Nueva York y Madrid son de las ciudades que más bares tienen por metro cuadrado en el mundo entero. Esto provocó desórdenes sociales en la época que preocuparon a la empresa.
Como toda empresa que se precie, tuvieron que buscar un nuevo director general para poner en orden esta isla de desordenados anárquicos. Decidieron trasladar al director estricto y puritano de Curazao, PETER STUYVESANT en 1647. Puritano, con una voluntad de hierro, Peter Stuyvesant tenía unas normas muy estrictas para limpiar la colonia. Podriamos decir con toda confianza que era una suerte de Giuliani de su época, interesado en el orden público y el cumplimiento de la ley. Las cosas empezaron a cambiar de forma radical, para mejor. Próxima semana, más y mejor.