Revista Opinión

Nuevamente OI, la mezquindad de las operadoras telefónicas continúa.

Publicado el 16 mayo 2013 por Manuel Somavilla

Aunque esta crónica relata hechos de la operadora OI-Brasil, perfectamente podría cambiar los nombres y colocar Telefónica - España, de la cuál también tengo deliciosas epopeyas trágicas que mezclan el cómic y la comedia, todo muy truculento y vergonzoso, porque aunque seguro que existe el tercer mundo, viviendo en España, compañías como telefónica, te hacen sentir en él.
Como lo prometido es deuda, y aunque debiera haber comparecido ante ustedes, amables lectores, el pasado día 11, haciendo caso del refrán “Nunca es tarde si la dicha es buena”, les vengo a entregar la crónica de hechos, no siendo ésta una dicha buena, sino el inicio de un largo proceso que tardará en solucionarse más de un año..
Pues como era de esperar conociendo el percal de quién estamos tratando, el día 13 del corriente apareció la, no por esperada, temida misiva. Expectante ante las “buenas nuevas”, nerviosa pero firmemente rasgué las facturas por líneas punteadas y creí estar releyendo la primera factura. Se trataba de una copia casi exacta si no fuera por el cambio de la fecha.Al día siguiente, día 14, me revestí de razones e indignación y regresé a la oficina del PROCON (Protección del Consumidor). Ya era tarde cuando llegué, aproximadamente las 11 de la mañana, y como todos los días desde que existe esta oficina, por experiencia he de decir que las oficinas de reclamación están igual de abarrotadas en España, de las aproximadamente 40 sillas de la sala de espera, casi todas se encontraban ocupadas. Después deduciría que en realidad había muchos acompañantes.Recogí mi número, el 566, y desesperanzado por la multitud de gente que estaba esperando, miré hacia arriba para ver la pantalla que muestra el último número llamado.La pantalla mostraba el 550 por lo que me aguardaba una buena mañana de esperaba, calculando los tiempos por otros días, llegué a la conclusión que al menos tendría que esperar 4 o 6 horas hasta que mi número apareciese en la pantalla.Al cabo de un rato quedaron libres unos bancos y me dirigí hacia ellos para, haciendo uso de la frase que dice “ya puedes esperar sentado”, aguardar mi turno.En ese momento una luz iluminó mi, no sé si llamarlo inteligencia, jeta, cara o picardía, y buscando dentro de mi cartera de documentos españoles, tengo otra cartera para los documentos brasileros, rebusqué algún carné que acreditase mi condición de minusválido o pensionista en España. Encontré la tarjeta de la seguridad social española en dónde se recogía mi condición de pensionista. La extraje de su compartimento plastificado y, levantándome con decisión, me lancé hacia la mesa de la recepcionista. Una vez llegado allí, apenas 5 pasos que separan la acristalada sala de espera de la recepción, como un árbitro que pide permiso para amonestar al jugador, le mostré la tarjeta sanitaria, oculta tras mis manos para que no fuese vista por unos ojos que me culpasen de ventajista o tramposo, y diciendo las mágicas palabras: “No sé si le servirá este documento español para demostrar que 'eu também sou aposentado'”, la estupefacta recepcionista me contestó, desconozco si me entendió, “...pero voçê tem 60 anos?”. Aunque no me entendió, casi nadie suele entenderme si no silabizo muy despacio, la habladora muchacha me respondió algo así como que, hago la traducción, sólo es necesario que un documento lo diga, dando a entender que, al menos allí, se cree en lo que las personas alegan. Si no lo veo no lo creo. Yo pensé que no tendrían validez documentos españoles.Pasada la simpática anécdota y tras unos minutos sentado en la sala de espera, la chica regresó para decirme que ya podía pasar a la mesa 2. En la mesa 2 me recibió una mujer de unos 35 años que expectante, como todos en Palmas, escuchó mis explicaciones, sin casi entender nada, hasta que saqué de un sobre un grupo de documentos, perfectamente ordenados y seleccionados con clips, que Carlos Alberto, el anterior agente del PROCON, me había entregado como copias de reclamación.Para no cansaros os leo los pedidos de la reclamación: (traduzco)Por los hechos arriba citados paso al registro de este PROCESO ADMINISTRATIVO, dónde el Consumidor requiere:01-La notificación de la reclamación para presentar defensa en el plazo de 10 días;02-La inmediata suspensión de los cobros indebidos y la rescisión del contrato, con restitución de la cuantía eventualmente anticipada monetariamente actualizada, y las perdidas y daños, conforme art. 35, inciso III do CDC;03-El Consumidor requiere daño moral, de acuerdo con el art. 6º, inc. VI do CDC;04-La aplicación de las sanciones previstas en el CDC e encaminamiento de los autos al Judiciario caso no sean atendidas las reclamaciones de los artículos anteriores.
SIN AUDIENCIA
Por configurar, en tesis, infracción a la ley 8.078/90, designamos NOTIFICAR A LA RECLAMADA EN EL PLAZO LEGAL.
Obs.: El Consumidor es consciente de que su ausencia injustificada en audiencia acarreará el archivado de este proceso.
No constando más, firman...
Es que os sea útil la crónica para que al menos todos empecemos a tomar conciencia de las agresiones morales a las que estamos sometidos como consumidores, ante las cuales no podemos quedarnos de brazos cruzados confiando en la buena voluntad de no sé quién, por que como bien dice el refrán, Quién no llora no mama, aludiendo a que las cosas sólo se solucionan presentando una reclamación en tiempo y forma, y al menos en este mundo, utilizando las armas que nos da el estado de derecho. La Justicia, que es para eso, entre otras cosas, para lo que está.
Salud y Suerte!

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