“The BMJ” publica un nuevo estudio que confirma que el uso de THS se asocia con un mayor riesgo de cáncer de mama, mayoritariamente en mujeres mayores. También sugiere que los mayores riesgos son menores que los resultados obtenidos en un metaanálisis que recientemente combinó los resultados de 24 estudios, para el uso de THS a más largo plazo. Este estudio proporciona nuevas estimaciones de los mayores riesgos de cáncer de mama relacionados con el uso de diferentes preparaciones de terapia de reemplazo hormonal (TRH).
El estudio además muestra una notable disminución de los riesgos una vez que se ha detenido la THR comparándolo con el mismo metanálisis.
La TRH es utilizada para el alivio de los síntomas de la menopausia (sofocos y sudores nocturnos). Los tratamientos que encontramos son tabletas que contienen solo estrógeno o una combinación de estrógeno y progestágeno, también parches, geles y cremas.
Con anterioridad otras investigaciones demostraron que el uso de tabletas de THR de forma prolongada se asocia con un riesgo mayor de cáncer de mama, debido principalmente a los progestágenos.
Un gran metanálisis realizado hace un año, demostró riesgos más altos de lo esperado de cáncer de mama relacionados con la THR, existiendo todavía incertidumbre sobre los riesgos relacionados con los distintos tipos y duraciones de THR.
Debido a esto los investigadores de las universidades de Nottingham y Oxford se plantearon evaluar las diferencias en los riesgos de cáncer de mama relacionados con los componentes hormonales individuales utilizados en la THR.
Para ello utilizaron dos bases de datos de atención primaria del Reino Unido asociadas a registros hospitalarios comparando las prescripciones de THR de un total de 98.611 mujeres con una edad comprendida entre 50-79 años diagnosticadas de cáncer de mama entre los años 1998 y 2018 con un total de 457.498 mujeres que no padecen cáncer de mama pertenecientes al mismo consultorio general y que son de la misma edad.
Fueron analizados los riesgos por tipo de THR por uso reciente, pasado y por corto plazo y largo plazo de uso. Teniendo en cuenta otros factores relevantes.
En el 34% de las mujeres con cáncer de mama y el 31% de los controles se utilizaron THS recientemente o en el pasado.
Fueron relacionados los aumentos de riesgo principalmente con los tratamientos de estrógeno-progestágeno, aunque también se relacionaron con los tratamientos de estrógeno solo pequeños aumentos.
Como ejemplo vemos que para las usuarias recientes a largo plazo, comparándolas con las que no lo utilizaron nunca, se aprecia un aumento del riesgo asociado del 15% de poder desarrollar cáncer de mama para la terapia con solos, y para la terapia combinada de estrógenos y progestágenos hubo un riesgo aumentado asociado de 79%.
El riesgo asociado con el uso de estrógenos-progestágenos a largo plazo en el pasado permaneció aumentado (16%), mientras que el uso anterior a largo plazo de la terapia con estrógenos solo y el uso anterior a corto plazo de estrógeno-progestágeno no se asociaron con un mayor riesgo.
Poniendo en contexto estos riesgos, en las usuarias recientes de estrógeno solo, se espera entre tres (en mujeres más jóvenes) y ocho (en mujeres mayores) casos adicionales por cada 10.000 mujeres al año, mientras que en las usuarias de estrógeno-progestágeno entre 9 y 36 casos adicionales por cada 10.000 mujeres al año. Para las usuarias anteriores de estrógeno-progestágeno, los resultados sugerirían entre 2 y 8 casos adicionales por cada 10.000 mujeres.
Este estudio es un estudio observacional, debido a ello no se puede establecer la causa, señalando los investigadores la presencia de algunas limitaciones que pueden afectar a la precisión de los resultados. Aunque aducen a que este estudio ha sido un estudio grande donde se han utilizado fuentes consistentes de datos de atención primaria reales, y los resultados han sido similares después de análisis adicionales por lo que se puede decir que los hallazgos resisten el escrutinio.
Como tal, este estudio confirma que la exposición a la mayoría de los medicamentos de TRH se relaciona con un riesgo mayor de cáncer de mama, y que varían entre los tipos TRH los niveles de riesgo, con mayores riesgos para los tratamientos hormonales combinados y para una mayor duración de uso.
A más largo plazo los hallazgos también sugieren un menor riesgo de cáncer de mama asociado con el uso de THS, y una disminución más pronunciada del riesgo una vez que se ha detenido la TRH, esto contrarresta los riesgos más altos de lo esperado que se informan en el metaanálisis publicado recientemente.
La conclusión de los investigadores es que los resultados que han obtenido en este estudio añaden más evidencia a la base de conocimientos existente y deberían ayudar a médicos y mujeres a identificar la formulación y el régimen de tratamiento de TRH más adecuados, así como deberían proporcionar información derivada de manera más consistente para los expertos en salud de la mujer, investigadores de la salud y profesionales de políticas de tratamiento.