Nuevas pruebas de agua en el pasado de Marte

Por Ame1314 @UniversoDoppler

Dos pequeñas depresiones en Marte resultaron ser zonas ricas en minerales que se formaron por la acción del agua y podrían haber sido lugares válidos para la vida hace relativamente poco tiempo en la historia del planeta, según un nuevo estudio de la revista Geology.

 ”Hemos descubierto lugares en Labyrinthus Noctis que muestran muchos tipos de minerales que se formaron por la actividad del agua”, dijo Catherine Weitz, autora principal y científico senior del Instituto de Ciencia Planetaria. “La arcilla que hemos encontrado, del tipo esmectitas hierro/magnesio (Fe / Mg), son mucho más jóvenes en Labyrinthus Noctis en relación con las que se encuentran en rocas antiguas de Marte, lo que indica un ambiente de agua diferente en estas depresiones en relación con lo que estaba sucediendo en otros lugares del planeta”.

Las esmectitas son un tipo específico de mineral de arcilla que se expande y contrae  rápidamente al absorber agua. Contienen sílice, además de aluminio, hierro o magnesio en sus estructuras. Se forman por la alteración de otros minerales de silicato en  presencia de agua no ácido.

Weitz y los co-autores del artículo, estudiaron unos 300 metros de capas de rocas expuestas verticalmente en dos depresiones de 30 a 40 kilometros llamados canales, cerca del extremo occidental del sistema del cañón Valles Marineris. Utilizando imágenes de alta resolución de la Experimento Científico de Imágenes de Alta Resolución (HiRISE)  y  datos hiperespectrales del Espectrómetro de Imágenes de Reconocimiento Compacto para Marte (CRISM) en la Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la NASA, junto con Modelos Digitales del Terreno para determinar elevaciones y ver las relaciones geométricas entre las unidades, el equipo fue capaz de asignar minerales hidratados y entender cómo la química del agua varía con el tiempo dentro de cada canal.

Cada canal probablemente haya experimentado varios episodios donde el agua llenaba parcialmente las regiones bajas y depositaba minerales. A medida que cada canal crecía y experimentaba el colapso en el tiempo, más minerales fueron enterrados y separados, seguida por la deposición de minerales menores, y finalmente la erosión que volvió a exponer las unidades enterradas. El vulcanismo de los volcanes de Tharsis, al oeste, puede haber creado el agua subterránea que fue trasladada posteriormente a través de la tierra y a los valles. Una actividad volcánica localizada que produce ceniza y gases, la actividad hidrotermal, y el derretimiento de la nieve/hielo dentro de las depresiones podrían también haber producido algunos de los minerales. Los minerales observados indican que el agua ha variado sus niveles de pH  a lo largo del tiempo, en un canal de ácido a neutro, y en otro de neutro a ácida y de nuevo a neutro después.

Otros casos de esmectitas similares han sido encontradas en Marte, pero casi exclusivamente asociadas a más de 3,6 millones de años, o producidas por eventos de impactos menores. Después de ello, se cree que el clima de Marte haya cambiado para favorecer la formación de minerales en condiciones más ácidas, como sales ricas en azufre (sulfatos).

Weitz y los co-autores identificaron los mismos sulfatos  y esmectitas  hallados en Noctis Labyrinthus en otras partes de Marte, pero la progresión de los minerales  sulfatos a través del tiempo indican un orden inverso en relación con lo ocurrido a nivel mundial en todo el planeta rojo.

Estas arcillas formadas a partir de agua han permanecido en condiciones básicas durante 2 o 3 millones de años, estos dos valles son únicos y podrían haber sido una región más habitable en Marte en un momento en que condiciones de sequía dominaban la superficie”, dijo el co- autor y miembro del equipo CRISM, Janice Bishop del Instituto SETI y la NASA Ames Research Center.

“Estos canales serían lugares fantásticos para enviar un vehículo, pero por desgracia lo accidentado del terreno hace que sea peligroso tanto el aterrizaje como la conducción “, dijo Weitz.

El estudio fue financiado por subvenciones de la ISP de la NASA, el Laboratorio de Propulsión a Chorro y la Universidad de Arizona.