Nuevas Tecnologías y Ciencia

Publicado el 13 febrero 2020 por Scarioshr Óscar Huertas @ScariosHR

La pregunta es acerca de cómo las nuevas tecnologías han reconfigurado los modos de comunicar ciencia, pero cabría preguntarse qué nuevas tecnologías porque han cambiado mucho en muy poco tiempo y posiblemente lo que más haya cambiado los modos de comunicación no haya sido la tecnología sino la aparición de ciertos programas, redes sociales o hechos.

Si en la edad media la imprenta permitió democratizar el conocimiento y revolucionó la sociedad, internet cambió por completo y para siempre la forma en que nos comunicamos. Hemos dejado de escribir cartas y al enviar emails las respuestas son inmediatas. Comenzamos a interactuar en tiempo real con gente que estaba lejos (y en ocasiones la lado). Primero los chats permitieron privacidad y anonimato pero llegaron las redes sociales, sobretodo... llegó Facebook.

A medida que cambiaron las formas de comunicarse también cambió la relación que los medios de comunicación tenían con sus lectores. La inmediatez es una de las grandes bazas y de los grandes problemas y tumores de la comunicación de hoy en día. Con la inmediatez y la ingente masa de datos que las empresas tienen sobre nosotros, también llegó el contenido personalizado y sectorizado.

Respecto a la ciencia, aunque siempre a remolque de los cambios en comunicación, también ha supuesto muchos cambios en sentido positivo, pero también negativo.

Por un lado las redes sociales, blogs, etc han permitido democratizar el conocimiento. Cualquiera con ganas puede hacerte llegar cualquier contenido. Ya no hay que leer grandes textos, asistir a largos seminarios ni estudiar carreras completas para que nos llegue la información.

A medida que las personas jóvenes y con la costumbre de usar nuevas tecnologías llegan a la ciencia, estas comienzan a contar las cosas que van aprendiendo.

Sin embargo la propia inmediatez hace que tengamos una información sesgada y en ocasiones poco contrastada. La ciencia crea conocimiento. De momento es la mejor forma que tenemos de obtenerlo. Pero no es un medio rápido para obtener ese conocimiento. La ciencia se crea a lo largo de muchos años, las ideas surgen, se contrastan, se rebaten, se comparan, se van derribando y van apareciendo nuevas.

Pasados 50-60 años de la aparición de un conocimiento, si sigue siendo vigente podemos estar bastante seguros de que es correcto, aunque nunca estaremos 100% seguros. Las leyes de Newton llevan funcionando bastante bien más de 300 años (aunque ya sabemos que no son aplicables a lo muy pequeño). Yo diría que son correctas. La teoría de la evolución a grandes rasgos sigue siendo correcta desde hace más de 160 años (aunque ahora se le han añadido muchos palos al sombrajo). Yo diría que no va mal encaminada.

¿Qué sucede cuando cada día damos difusión a nuevas teorías y resultados? pues que puede que mañana no sean ciertos, otros datos hagan rechazar la teoría, aparezca una idea mejor. No pasa nada. La ciencia es así y así debe funcionar. Pero la gente que no la conoce podría llegar a pensar que los datos científicos no son fiables porque total, un día dice una cosa y otro día dice otra. Debemos hacer por tanto el esfuerzo de explicar no sólo los resultados de la ciencia sino también cómo funciona la ciencia. Debemos además ser críticos con el sistema de revisión por pares, con la forma en que se financia, con los métodos de evaluación de méritos y con las condiciones de trabajo. Debemos en resumen normalizar la ciencia como un trabajo hecho por personas para que la gente no lo vea como algo elitista e inalcanzable. En mi opinión ese es el siguiente reto de la divulgación científica.