Se ha hecho esperar pero ha llegado con fuerza. El calor asola Madrid y no queda otra que esperar a que el sol se ponga para salir de la cueva y disfrutar de la ligera bajada térmica de las noches en un puñado de nuevas terrazas que nos gustan. ¿Cuáles son? Aquí tenéis una sabrosa selección:
Es la última en llegar. La azotea del primer hotel Aloft de España goza de una vista panorámica única sobre Madrid, promete una agenda de música en vivo como para no bajarse de ella en todo el verano y una carta de picoteo ligero y económico que va desde las croquetas a su hamburguesa estrella.
DOÑA LUZ, HOTEL B&B MADRID CENTRO PUERTA DEL SOL
Arrancó en invierno, porque también existen las terrazas en invierno, y este es su primer verano en la ciudad. Su perspectiva de la Puerta del Sol hará que queráis reservarla en Nochevieja pero, de momento, podéis disfrutar de su estiloso aire colonial y estupenda cocina casual para picar, muy en formato «finger food», muy latina (destaca la variedad de arepas) y con notables brasas. Los cócteles, una delicia.
Es el nuevo bar de la Plaza de la Independencia. Comparte propiedad con Ramsés pero, en este caso, la apuesta es clara por el tapeo de siempre, la tradición cañí y los buenos vinos. Carta sencilla, producto nacional e imponente local con aires de taberna cósmica lo convertirán en uno de vuestros nuevos sitios top.
Baby Grill Rubaiyat, el hermano pequeño y casual del icónico restaurante Rubaiyat, el “benjamín” de la casa, ocupa un acogedor espacio contiguo con una preciosa terraza para todo el año y una cocina informal que versiona clásicos del restaurante junto a otros novedosos platos muy pensados para compartir. Sus tres hamburguesas (pan de queso, la de wagyu o quinoa) son ya icónicas.
Ginebra, 1930. Monsieur Boubier y su esposa crean una salsa especial para acompañar a la carne de buey en su restaurante Le Coq d’Or. Una receta que aprendió su hija, y que transmitió a su marido, Arthur-François Dumont, propietario del restaurante Café de París, situado también en Ginebra. La salsa adquirió tanta fama que, en 1942, Dumont decidió concederle todo el protagonismo y ofrecer el Entrecote Café de Paris® como único plato, con ensalada y patatas fritas a voluntad. La fórmula continúa intacta hasta nuestros días, se ha replicado en varias ciudades europeas y, entre ellas, en Madrid. Este es el segundo local en la capital con una fantástica terraza para dar buena cuenta del filete más famoso del mundo y de unos postres, como las crepes de Nutella, que también son un vicio.
Una taberna con clase como pocas. Lo nuevo del chef Iván González (Lienzo, La Sabina) es de lo más reciente y apetecible que ha abierto puertas. Producto y temporada, en la amplia barra y el comedor, mandan. Los sabores del recuerdo desfilan por las mesas, se empapan en una fantástica carta de vinos españoles e internacionales y trasladan al pasado sin descuidar el presente. Sus albóndigas de chuletón picado o su canelón de solomillo se van a convertir en dos de tus platos favoritos, ya lo verás. La buena mano del cocinero levantino con los arroces también queda patente en cualquiera de las variedades que se sirven «a la llauna» y su salmorejo es como para pedirlo en un «tupper». Por si fuera poco, es la mar de bonito y tiene terraza.