Un dato asombroso que debe hacernos reflexionar sobre hasta qué punto somos responsables de este hecho. Un comunicado de la NASA afirma que el incremento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, especialmente el dióxido de carbono, han influido en este aumento de temperatura. Concretamente, en 2011 la temperatura fue 0,51ºC más alta que la temperatura media de base para el siglo XX, según afirman investigadores del Goddard Institute for Space Studies.
El dióxido de carbono es emitido por diversas actividades humanas especialmente por la quema de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo. Es un gas de efecto invernadero presente en la atmósfera. No es perjudicial en sí mismo, es más, resulta beneficioso, ya que aumenta la temperatura del aire próximo al suelo y la mantienen en un rango de valores aptos para la existencia de vida. Sin embargo, ciertas actividades humanas aumentan la concentración de este gas contribuyendo al cambio climático.
En España, el sector olivarero sufre los efectos perjudiciales de este exceso de dióxido de carbono. Por ello se ha desarrollado una iniciativa que pretende mejorar la competitividad del sector aceitero en el espacio Sudoe (España, Portugal y el sur de Francia) mediante la reducción del impacto ambiental, aplicando los principios de la ecoeficiencia. El desarrollo de una herramienta de gestión ambiental, "OiLCA", para finales de este año en soporte informático, permitirá a las empresas conocer la emisión de gases de efecto invernadero asociada a su producción del aceite de oliva.