A cuarenta años de la idea de James Tobin, nueve países europeos, entre ellos Francia y Alemania, han solicitado a la presidencia danesa de la Unión Europea que acelere los trabajos para la introducción del impuesto a las transacciones financieras. Este impuesto, conocido como Tasa Tobin y también como tasa Robin Hood, busca poner un freno a los capitales especulativos y alentar la economía real.
Hasta el momento, el trámite ha quedado empantanado por la presión de la banca que rechaza tal medida aduciendo que afectará considerablemente al PIB de los países que la apliquen. Sin embargo, un estudio encargado a los economistas Avinash Persaud (presidente fundador de Intelligence Capital y profesor emérito en el Gresham College) y Stephany Griffith-Jones (directora de los mercados financieros en The Initiative for Policy Dialogue de la Universidad de Columbia, y ex investigadora de la Cepal), ha indicado que el impacto económico de la introducción del impuesto a las transacciones financieras (ITF) tendría, en el peor de los casos, una pérdida del 0,1% del PIB en los países que la apliquen.
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