Con respecto al primer interrogante no voy a extenderme en demasía porque el asunto es simple. Escribo el blog porque me gusta hacerlo. Los objetivos son igualmente sencillos, quiero que cualquier persona (profesional o aficionado) pueda encontrar un espacio donde se escribe sobre vinos sin más intención que la comunicación. No acepto muestras a cambio de notas y todo lo que publico lo pago con dinero de mi bolsillo (con excepción de algún que otro regalo). Finalmente el tema álgido está en la pregunta sobre ¿qué vinos publico?, y sobre esto, sí que voy a sentar postura.
Luego de casi 8 años de escribir el blog con la intensión de comunicar los vinos que me gustan desde un lugar minúsculo pero independiente, he llegado a la conclusión de que he cambiado y que mis gustos han cambiado hasta alcanzar un punto sin posibilidad alguna de retorno. Ya sé que esto que estoy diciendo no es ninguna revelación ni nada que se le parezca, es más vale una obviedad porque todos cambiamos nuestros gustos y costumbres con el tiempo; pero el fondo del asunto es el final de lo que escribo, donde digo que “he llegado a un punto sin retorno” como los aviones cuando antes de despegar llegan a una velocidad donde ya no pueden detenerse y solo les queda levantar vuelo. Algo así, pero con el gusto del vino. Hay cosas a las que no quiero volver y de las que no quiero volver a escribir!
Para explicarme mejor y ser más gráfico, transcribo parte de una de las entradas que publicaba en los inicios de Rumbovino. Eran los vinos que me “chiflaban” en aquel momento (de los que NO me arrepiento, eso que quede claro) y los que se llevaban los puntos y las alabanzas de todos los sabios de las revistas especializadas…
“Este tinto de 15,5 % vol. es potencia, potencia y potencia pura!! …. Impactante tanto en color como en estructura, robusto, denso, viscoso y gran presencia…. De aromas y sabores algo apagados, les cuesta soltarse al principio pero con algo de aire sus exquisitas notas de madera y fruta madura inundan la copa… Es de esos vinos que cumplen perfectamente con los cánones de los vinos modernos, aunque aún le resta equilibrarse un poco, redondear sus taninos….. No obstante a mí estos vinos me chiflan y ni hablar si se acompaña de….” Rumbovino, febrero de 2011.
Estoy seguro que sin haber disfrutado esos vinos no hubiese llegado a esta evolución, lógica creo yo, que hacemos todos los que llevamos andados unos cuantos kilómetros en este mundo vinícola. Los vinos que publico actualmente y seguiré publicando en mi blog ya nada tienen que ver con los de antes, ya lo habrán notado los que me leen con cierta frecuencia, porque me declaré en rebeldía comunicacional contra esos productos barnizados y sin alma que no reconocían terruños ni varietales.
Mis vinos más o menos frescos, de poco o mucho grado, elegantes o robustos, tintos o blancos, tranquilos o con burbujas son y serán de la tierra, tendrán algo que decir y lo dirán claramente más allá de lo que opinen los que puntúan (ahora parece que han cambiado los gustos) y los que dictan las normas. Mis vinos serán más La Perdida y menos Michell Rolland. Serán más barro que madera, más viticultor y menos industria, pero sobre todo más verdad que mentira (abstenerse los que usan gratuitamente el texto de ecológico o natural para ofrecer lo mismo de siempre a cambio de más dinero). Esta es la respuesta a la pregunta sobre ¿qué vino publico en mi blog?
Seguiré entonces, transitando el camino de este blog a mayor o menor velocidad pero siempre hablando de vinos que me hablan de algo distinto.
Salutes, Rumbovino.
7 años difundiendo la cultura del vino y en favor del consumo moderado y responsable.