Y digo menor escala porque en las últimas dos décadas las aves y su clasificación han atravesado cambios drásticos. Esto, a la luz de nuevas evidencias genómicas que han sido puestas sobre la mesa gracias a nuevas tecnologías. Entre los trabajos más recientes de clasificación encontramos el de Prum y colaboradores del 2015.
Aquí cabe aclarar algo rápido: todos los cladogramas formales que veamos son una hipótesis a posteriori, generada a partir de evidencia (en estos casos, evidencia molecular). No existe tal cosa como "el cladograma verdadero". Así que con eso en mente, tengamos presente que los cambios atienden a qué evidencia se revisa y bajo qué metodología.
Ahora, el nuevo árbol presentado por Kuhl y colaboradores (primer figura de este post) nos muestra algunos cambios interesantes con respecto al esquema de clasificación de Prum y colaboradores de 2015. El más notorio es la posición de el grupo que forman los Phoenicopteriformes (flamencos) y los Podicipediformes (zambullidores), un grupo llamado desde 2005: Mirandornithes (las aves maravillosas). Pues en 2015 se les ubicaba en la base de las Aequorlitornithes, haciendo grupo hermano con los Charadriiformes. Y en este nuevo esquema, serían el grupo de Neoaves más primitivo, incluso más que el grupo de las Columbaves. Mismas que ahora se clasifican como el grupo hermano de Strisores (en el esquema de 2015 no eran su grupo hermano).
Esto último tiene relevancia paleontológica, pues de ser correcta la inferencia de que los Mirandornithes son las Neoaves más "primitivas" (menos derivadas es el término apropiado), entonces tienen potencial de encontrarse más atrás en el tiempo geológico. Y previamente, se había estimado que las mirandornitas habrían surgido hace 38 millones de años, durante el Eoceno tardío, mientras que ahora se estima su aparición hace 46 millones de años (8 millones antes), durante el Eoceno medio. Y otro grupo que sufrió un cambio de sede importante fue el de los hoatzines.
Estos se clasificaban en la base de Inopinaves, pero ahora, se agrupan junto a los Caprimulgiformes, que por cierto ya no incluyen únicamente a chotacabras y parientes cercanos, sino que ahora, el grupo abarca a los vencejos y a los colibríes, con lo que desaparece el Orden Apodiformes (y se mezcla con Caprimulgiformes), lo cual en mi perspectiva es debatible, pues lo que se "desarmó" fue el orden Caprimulgiformes y no el de los Apodiformes, que sigue siendo monofilético (y por ende, válido). Pero esto implicaría que habría que darle orden propio a cada uno de los caprimulgiformes tradicionales (chotacabras, podargos, guácharos y nictibios). Con lo que se crearían tres órdenes nuevos (Podargiformes, Steatorniformes y Nyctibiiformes). Y dado que Caprimulgiformes fue creado en 1881 y Apodiformes en 1940, la solución fue darle prioridad al primero. En fin.
Algunos de estos cambios seguro que le sentarán como patada en el ovario izquierdo a muchos ornitólogos. Y en este campo de la ciencia, nada en taxonomía se mueve a menos que sea aprobado por
Fuentes:
Prum, R. O., Berv, J. S., Dornburg, A., Field, D. J., Townsend, J. P., Lemmon, E. M., & Lemmon, A. R. (2015). A comprehensive phylogeny of birds (Aves) using targeted next-generation DNA sequencing. Nature, 526(7574), 569-573.
Kuhl, H. et al. (2020). An unbiased molecular approach using 3’UTRs resolves the avian family-level tree of life. Molecular Biology and Evolution, msaa191, https://doi.org/10.1093/molbev/msaa191