De Puigdemont tras el que pronunció el 10-O:
“Maldita sea la hora en que acepté este “papelón” que me están obligando a desempeñar. Mi sentimiento nacionalista me impidió calibrar el alcance del proceso que iniciaba camino de la independencia. En ERC me desprecian por moderado. Si no cumplo las exigencias de la CUP me retiran su apoyo y unas elecciones favorecen a Junqueras. Ambos me necesitan como mascarón de proa pero me infravaloran tanto como ANC Y Omnium, esos dos monstruos desatados que financiamos generosamente.
He envenenado la sociedad, soliviantado al Estado, hundido mi partido, empobrecido mi Comunidad… Y al final descubro que soy un orate cobarde que no desea arriesgar su libertad ni su patrimonio. Ya es tarde y estoy en un atolladero. Paso a la Historia haciendo el ridículo”.