Ante tal carta de presentación a pocos les podrá extrañar que la Duna de Pilat sea uno de esos contados lugares del país galo que aspiran a ganar la etiqueta de "Grands Site de France", estando actualmente en una situación similar que Rocamadour, el increíble pueblo agarrado a un acantilado, del que ya os hable en otro post.
Rocamadour está a casi 4 horas en coche de la Gran Duna, pero mucho más cerca, a menos de una hora, está la bella ciudad vinícola de Burdeos, por lo que si tienen pensado una visita a esta encantadora ciudad francesa, pueden a provecha para hacer una escapada al llamado "desierto francés".
Resulta realmente sorprendente como la Duna de Pilat, que es todo un atractivo turístico que atrae a casi un millón y medio de visitantes al año y que se sitúa como el segundo destino turístico natural de Francia, es casí completamente desconocido en España. Hagan la prueba entre sus amigos, pregunten cuanto de ellos han oído hablar de este lugar, verán como no son muchos a pesar de su espectacularidad...
Y es que son cuatro mil años acumulando arena para formar una gran duna de 150 metros de alto por tres kilómetros de largo, lo que hace aproximadamente unos 60 millones de metros cúbicos de arena, es decir, una verdadera pila o montón de arena....y de ahí precisamente su nombre.
¿Y qué podemos hacer nosotros con una montaña de arena? pues pasarlo pipa, sobre todo los más pequeños de la casa haciendo castillos de arena o lanzándose de formas inverosímiles por la pronunciada pendiente...
...pero para ser sincero, este pasatiempo de la Gran Duna no es exclusivo de los más pequeños ya que durante el rato que pudimos disfrutar de este privilegiado entorno vi a más de un valiente, de todas las edades, atreverse a coger velocidad duna abajo por la fuerte pendiente. Como esta chica que paso su apuros haciendo la croqueta a toda velocidad...
Obviamente, para bajar primero hay que subir, y ya les aviso que no es una tarea sencilla, para facilitar un poco esta labor, han colocado unas escaleras de madera al principio de la duna que ayudan bastante a la hora de alcanzar la cima, pero desde luego no son apta para personas con problemas de movilidad reducida.
Pero bueno, haciendo uno o dos descansos para echar las típicas fotos (¿quién podría resistirse con este paisaje?), la ascensión no se hace tan dura, y una vez alcanzada la cima podrán tumbarse a disfrutar de unas vistas que unen en el mismo paquete el bosque, el océano, la arena y el cielo....
En este punto la mayoría de los visitantes se quedan justo por aquí, es decir, cerca de la escalera, se tumban y se dedican a relajarse y disfrutar. Sin embargo, hay algunos valientes o quizás sea mejor decir inconscientes, que deciden explorar la duna y acercarse hasta su cima, ya que la escalera te deja en el extremo norte pero es justo al sur donde la duna alcanza su mayor altura.
Yo fui uno de esos inconsciente que en vez de tumbarse a la bartola decidió, cámara en mano, decirle a mi mujer que me esperara lo que yo pensé que sería "un ratito de nada", y así me dispuse a andar hasta el montículo de arena que pueden ver al fondo en la foto de arriba.
Tengo que decir que más de una vez durante el camino me arrepentí ya que, aunque parece que esta cerca, lo cierto es que esta bastante lejos y lo peor es que no es nada fácil andar sobre tanta arena seca donde cuesta bastante avanzar unos pocos metros.
Pues bien, habían pasado unos 15 minutos de cansina marcha y aquel lejano montículo ya lo tenía algo más cerca...
Desde aquí podía observar que había gente en la cima así que por mi orgullo ya no me podía rajar y tenía que llegar a la cumbre de Pilat como fuese. En este momento, a medio camino, me dí a mi mismo la enhorabuena por haber emprendido la marcha con mi pesada cámara, con mucho calor y sin una triste botella de agua en el conocido por los franceses como su "desierto".
Por fin, al cabo de otros 15 largos minutos llegué resoplando a las base de la montaña de arena, miré hacia arriba y pensé que ya sólo restaba hacer un pequeño esfuerzo más y habría culminado con éxito mi estúpida misión...
Desde las alturas unos jóvenes parecían mirar con lástima mi patético deambular...ya llegaréis a mi edad ...ya¡¡ jajajja.
Menos mal que la ascensión la hice por una zona que salvaba la altura con escaso desnivel, porque mucho peor hubiese sido la "escalada" por el extremo este de la duna, que es lo que intentaban estos tres valientes..
...supongo que estos tres amigos venían del Camping La Foret que esta instalado en mitad del bosque de pinos muy cerca de la Gran Duna. Un consejo, a veces el camino más rápido no es la línea recta.
Y hablando de este camping, no se yo si es un negocio duradero ya que según los estudios realizados la Duna del Pilat se mueve a un ritmo de unos 5 metros al años, lo que implica que para el 2045 habrá alcanzado y "engullido" las instalaciones del camping...al menos a esta velocidad da tiempo a poder desalojarlo tranquilamente ¿verdad?.
Precisamente para intentar impedir el avance de la duna, se ha ido plantando desde el siglo XVIII en la zona oriental un ejercito de árboles que conforman buena parte del bosque que hoy podemos disfrutar. Es una tarea complicada detener el avance del gigante, pero al menos el bosque consigue en cierta medida frenarlo, eso sí, no sin cierto sacrificio de "tropas"...
...y es que si se fijan en la frontera entre la duna y el bosque podrán ver muchos árboles, principalmente pinos, completamente secos. Son árboles muertos que la duna a, literalmente, asfixiados cubriéndolos lenta pero inexorablemente de arena.
En fin, en estas y otras cuestiones iba yo pensando hasta que casi sin darme cuenta llegué a la cima y, tras descansar un buen rato pude disfrutar de las mejores vistas que ofrece la duna de Pilat de la Bahía de Arcachon. Esto es lo que tiene estar en el punto más elevado...
Desde la cima me sentía como un rebelde luchando contra el Imperio en la luna boscosa de Yavin IV....los más frikis ya sabrán seguro de lo que estoy hablando...
Pero fuera de broma, lo cierto es que la Duna y toda esta costa francesa sufrió de verdad lo que es la crueldad de la guerra durante la SGM, y de hecho Hitler ordenó fortificar esta zona con el propósito de impedir un posible ataque aliado proveniente de Gran Bretaña, formando así parte del colosal Muro Atlántico de la Alemania nazi.
Desde lo alto de Pilat podemos apreciar algunos restos de ese Muro de la muerte....
...esas bastas construcciones son en realidad antiguos búnkeres alemanes, aunque obviamente su construcción era cosa de los esclavos del régimen.
Actualmente están demasiado cerca del agua, e incluso la mayoría de los búnkeres están completamente cubierto por le océano, lo que demuestra dos cosas, por un lado la subida de las aguas en los últimos años y por otro que la naturaleza, con el tiempo, es capaz de borrar todas las estupidez humana y transformar el horror en belleza.
Y hablando de belleza natura, si bonito es la duna a ras de tierra, también es espectacular a vista de pájaro, por eso es frecuente ver pasar a avionetas y helicópteros cargados de turistas maravillados por el paisaje.
Fíjense que el helicóptero volaba a menor altura que la Duna de Pilat...¡normal que me costase tanto alcanzar la cima!...bueno en realidad quizás he exagerado algo la experiencia jajaja.
De todas formas ya se estaba haciendo tarde, así que me dispuse a volver con la familia porque otro de los espectáculos de la Gran Duna es su increíble atardecer...
Son muchos los que se quedan en la duna hasta la puesta de sol porque el espectáculo que ofrece la naturaleza merece la pena, es un momento mágico en un entorno mágico así que sólo resta disfrutar y relajarse...
Además como ya saben este ecosistema esta muy vivo y en apenas unos años puede variar sustancialmente. Las corrientes marinas, la fina arena y el fuerte viento forjan un paisaje cambiante que hacen que la Gran Duna presente un aspecto distinto cada pocos años, lo cual siempre es una magnífica excusa para volver...así que sin más ¡Hasta la próxima Duna de Pilat!
Una última cosa, no se paga entrada por visita la Duna, pero sí por el aparcamiento que está a unos 4oo metros y que se suele llenar sobre todo en julio y agosto. Por otro lado, los perros son bienvenidos pero siempre con correa.
Au revoir¡¡¡