Que el Algarve portugués está lleno de lugares impresionantes no es ninguna novedad, personalmente soy un enamorado de este rincón de la Península Ibérica y lo suelo visitar siempre que puedo.
En Viajero Curioso ya les he mencionado algunos de mis rincones favoritos como por ejemplo la cascada de agua dulce de Pego do Inferno o el que se ha convertido quizás en el mayor reclamo del Algarve en los últimos años, su famoso Algar de Benagil, una cueva abierta al océano con un increíble óculo que dota a la cueva de luz natural y que además cuenta con su propia playa interior privada (normal que sea la entrada más visitada de la web¡¡).
En el Algarve también pueden hacer rutas de lo más entretenidas como por ejemplo los recorridos en barca por las curiosas grutas de Benagil o de Ponta da Piedade, o descubrir tesoros sorprendentes como el árbol más viejo de Portugal.
Pero el sur de país luso tiene un problema...el turismo masivo, es inevitable que sus bellísimas playas y paisajes naturales atraigan como un imán a millones de extranjeros que todos los años vienen a disfrutar además del clima, de la gastronomía y de la oferta cultural cada vez más variada. Sin ir más lejos en el 2017 se pulverizó el record del Algarve, que es con mucho la región más turística de Portugal, registrándose 19 millones de pernoctaciones, tendencia que no hace sino aumentar año tras año....
Con estos datos sobre la mesa, disfrutar de una playa para uno sólo se antoja del todo imposible salvo que sea privada, sin embargo sí que existen todavía algunas pequeñas calas que, sin ser de propiedad privadas, no son del todo conocidas por el turismo en masa, y en este post les traigo tres de mis favoritas por lo curiosas y espectaculares que son...
Y la primera de ellas es la que pueden ver en la foto de arriba. Se trata de una cala muy pequeñita a pesar de su nombre, Cala de Punta Grande, pero a la par es muy bonita y especial puesto que está completamente rodeada por un acantilado salvo por una apertura en la roca por el que se cuela el océano formando una playa interior de fina arena dorada....
Obviamente no es el mejor lugar del Algarve para disfrutar del sol ya que al ser tan pequeña y al estar rodeada de un elevado acantilado por todos sus lados, existe mucha zona de sombra y el sol se oculta mucho antes que en las playas normales abiertas.
Tampoco es un lugar indicado para las personas de movilidad reducida o para traer muchos chismes ya que para llegar hay que bajar por unos empinados y estrechos escalones con los que más vale llevar cuidado en algunos tramos...
Aunque a decir verdad nosotros bajamos con mi peque de dos años y medio y tampoco fue tan difícil, al menos para la madre porque yo tuve que dar varios viajes al coche a por las miles de cosas que necesita un niño....y una madre....
Pero en fin, lo bueno de subir las dichosas escaleras es que uno puede darse un paseo por lo alto del acantilado y disfrutar de la belleza natural del Algarve a vista de pájaro. Por ejemplo os dejo esta foto para que se hagan una idea de cómo es esta cala de Ponta Grande
Como pueden ver la cala está completamente rodeada de roca y sólo esa apertura deja pasar el agua. Por contra, desde el océano abierto no se ve prácticamente nada de esta playa escondida y tienes que ser un lugareño para dar con ella desde fuera....
Otra curiosidad de esta playa que es que con la marea, el hueco de entrada a la misma se puede reducir hasta llegar casi a taponarse. Tenedlo en cuenta si por ejemplo vienen a la playa con una barquita hinchable, como hice yo, pues les puede suponer tener que esperar un rato para poder entrar o salir de la cala.
A lo largo del día verán entrar por el hueco a pequeñas embarcaciones con turistas o a grupos haciendo paddle surf, kayak u otras actividades acuáticas que llegan siguiendo a un guía hasta este lugar, pero que sin embargo no suelen quedarse mucho tiempo, todo lo contrario que nosotros que teníamos pensado visitar otras playas pero finalmente decidimos disfrutar más de este entorno tan peculiar.
Y es que esta playa es un paraíso para un viajero curioso, no sólo por su forma, sino porque en ella pueden encontrar alguna que otra sorpresa como por ejemplo antiguos fósiles que evidencian que en otro tiempo el océano cubrió toda esta zona...
...o incluso algún ejemplo de figura en la roca tan típica de la imaginación de la gente del algarve (sino me creen pinchen aquí o aquí ) como por ejemplo este "carnero"...
...lo ven ¿verdad?...¿o serán imaginaciones mías? jajaja.
El caso es que justo al lado de la Cala Ponta Grande está la siguiente playa que os quiero descubrir...la minúscula y más secreta aún Praia da Ponta Pequena. Si vienen en coche, que es lo más normal, una vez estacionado su vehículo en la parte de arriba en una calle con chalets a ambos lados y donde por cierto no hay mucho espacio para poder maniobrar, deben tomar dirección hacia el acantilado, y una vez allí si giran a la derecha podrán baja por los famosos escalones en un bonito descenso (todo lo contrario que el pesado ascenso) hasta la Cala Ponta Grande, pero si giran a la izquierda olvídense de escalones, aquí deberán agarrarse a ramas y matojos para poder descender con vida hasta la Praia da Ponta Pequena...
Como pueden comprobar esta mini playa escondida no está abarrotada de gente, lo cual es normal pues como les digo llegar hasta la misma es sólo para valientes. Es posible que tuviera mala suerte cuando la visité y que el acceso a la misma se encontrase temporalmente en mal estado, pero de no ser así ya pueden traerse un mosquetón y cuerdas para bajar a la arena. (vale he exagerado un poquito¡¡)
Sin duda alguna, la mejor forma de acceder a estas playa es en barco, pero si vienen en coche sabed que no es muy recomendable para personas mayores, niños o para dominguero que se llevan media casa a cuesta cuando van a la playa, sin embargo sí que es ideal para parejas jóvenes o grupos de amigos ya que podrán divertirse alejados de miradas indiscretas.
Esta playa, al igual que la de Ponta Grande está rodeada de acantilado por todos sus lados y permite el acceso al océano atravesando un bello arco natural...
...aunque menos espectacular que el de su hermana mayor ya que este arco es mas estrecho y no suele dar acceso al océano abierto, pero aun así el paisaje es impresionante.
Como también lo es la última cala escondida que les quiero aconsejar en este post, la Praia da Joao de Arens.
Para llegar hasta esta playa desde Ponta Grande tienen que tomar dirección oeste hacia Portimao a unos 50 minutos en coche. Una vez aparquen deberán continuar andando por un camino arenoso hasta la Casa da Guarda (ver en google maps). No es que haya mucha distancia entre el aparcamiento y las calas, pero se hace pesado porque el camino es de arena y llegaran a un punto donde tendrán que bajar por un sendero de "cabras" por lo que no os aconsejo venir muy cargados de chismes.
Eso sí, el esfuerzo bien vale la pena porque las sorpresas empiezan ya desde lo alto del acantilado cuando descubres enormes agujeros en el suelo y una pasarela de hierro que se asoma hasta el centro de uno de ellos...
Cuando te vas acercando al final de esta pasarela se te van encogiendo algunas partes del cuerpo ya que el suelo de la misma es de rejilla y puedes ver un enorme abismo bajo tus pies...
...y es que esta zona está llena de algares. Un algar es básicamente lo que pueden ver en la foto, una enorme cavidad que ha sido erosionada por la lluvia y el efecto del mar sobre la roca calcárea formando estructuras verticales que en algunos casos son verdaderas maravillas, como el archiconocido "Algar de Benagil".
Aunque los "agujeritos" suelen estar rodeados por vallas de madera, les recomiendo que tengan mucha precaución durante la visita para evitar sustos innecesarios, no vaya ser que bajen hasta la playa en línea recta...que aunque es más rápido también es más doloroso.
El acceso "oficial" a la Cala de Joao de Arens es, como les contaba antes, por este sendero de "cabras"..
...al final del mismo entrarán en la playa por un estrecho hueco más adecuado pues eso, para una cabra que para una persona pues tendrán que acceder a "cuatro patas", pero bueno, la recompensa merece la pena...
...puesto que disfrutarán de un pequeño paraíso natural al abrigo del viento. Además no se trata sólo de una cala, sino que son varias y es posible ir pasando de unas a otras por lo que es probable que podáis encontrar un rinconcito romántico para vosotros solos.
Eso sí, precisamente su aislamiento atrae a gente que practica el nudismo, aunque no es exclusiva para naturistas sí que está permitido por lo que tenedlo en cuenta ya que os podéis llegar a sentir fuera de lugar.
En fin, ya se está poniendo el sol y es hora de volver a casa, en el camino de vuelta pasamos por curiosas formaciones y un pequeño pinar en donde vimos corretear algún que otro conejo, una inesperada sorpresa para terminar el día.
Nos vemos pronto
Ate Ja¡ &version;