Nuevo escándalo en la Dirección Regional de Agricultura de Ancash

Publicado el 25 noviembre 2025 por Grupo Madgus Sac @GrupoMadgus

Cuñada de César Moreno enciende sospechas de favoritismo y tráfico de influencias en la DRAA.

La Dirección Regional de Agricultura de Áncash (DRAA) vuelve a meterse en el ojo de la tormenta, ese lugar donde últimamente parece haber comprado terreno, construido casa y puesto hamaca. Esta vez, el huracán lleva nombre y apellido: Indira Nouchi Pariamachi, cuñada de César Moreno Toledo, exdirector regional de Agricultura y actual gerente de Infraestructura del Gobierno Regional.

Su reciente incorporación a la Unidad Legal de Titulación no pasó desapercibida. Para muchos trabajadores —que juran no haber visto tanta agitación desde que se bloqueó la cafetera— la noticia tiene ese aroma que no es precisamente a campo verde… sino a favoritismo, acomodo y tráfico de influencias, tres palabras que en la región están más repetidas que los discursos de “estamos trabajando para mejorar”.


¿Coincidencia o coincidencialidad sospechosa?

Según comentan voces internas (de esas que nadie reconoce oficialmente, pero todo el mundo escucha), la presencia de Indira Nouchi en una unidad tan sensible ha generado “más ruido que tractor sin silenciador”. Y es que la relación familiar con una figura de peso en la actual gestión regional abre la puerta a todo tipo de interpretaciones… la mayoría poco amables.

Algunos trabajadores incluso aseguran que la funcionaria tendría un nivel de influencia mayor al que corresponde formalmente a su puesto. No la llaman “la jefa en la sombra” —porque sería muy directo—, pero sí “la que decide, aunque no figure”. Y ese apodo, claro está, no nació por casualidad.

Si tales percepciones fueran ciertas, significaría que se estaría operando una estructura paralela de decisión, algo que en cualquier institución pública es gravísimo. Y en Áncash, donde las sospechas de maniobras poco santas aparecen más rápido que las lluvias, la preocupación no tardó en expandirse.


Un déjà vu que Áncash ya está cansado de ver

La región observa, otra vez, cómo una institución clave para el desarrollo agrícola se ve arrastrada a polémicas internas. La pregunta se repite, casi en automático:


¿Por qué siempre se repiten los mismos patrones?
¿Por qué la palabra “familia” termina apareciendo en puestos estratégicos?
¿Y por qué los trabajadores sienten que hay “poderes extras” moviendo los hilos?

La administración regional, por su parte, mantiene un silencio que muchos interpretan como “modo alfombra activado”… y todo para abajo.

Pero Áncash ya no es tierra donde la gente se queda callada. Y esta vez, la indignación crece al ritmo de la sospecha.


Lo que la población exige —y con razón

La ciudadanía no pide milagros, solo lo básico:

  • Transparencia.
  • Procesos meritocráticos reales.
  • Que el cargo pese más que el parentesco.
  • Que no haya oficinas manejadas desde las sombras.

Áncash no puede seguir normalizando estos episodios que se repiten como telenovela larga, donde cada temporada tiene un nuevo personaje con apellidos conectados a funcionarios de turno.


Áncash merece instituciones limpias… no redes de influencias

La pelota está ahora en la cancha de la administración regional.
La población está observando.
Y la DRAA no puede seguir acumulando polémicas como si fueran trofeos.

La región necesita claridad, no sombras.
Necesita profesionales, no “parientes autorizados”.
Y sobre todo, necesita que la agricultura produzca alimentos… no escándalos.

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