No es un error. La foto es del inigualable Jerôme Lejeune. Un hombre que, por coherencia, se jugó el Nobel de Medicina. Y lo perdió. Pero ganó algo mucho más importante: el Nobel de la santidad.
No es un error. La foto es del inigualable Jerôme Lejeune. Un hombre que, por coherencia, se jugó el Nobel de Medicina. Y lo perdió. Pero ganó algo mucho más importante: el Nobel de la santidad.