Aunque la investigación se encuentra aún en fase preliminar, los científicos parecen estar acercándose a una explicación molecular de por lo menos algunos casos de autismo. La investigación en animales de laboratorio, cadáveres, y ahora en un pequeño ensayo clínico en niños, parece apoyar la idea de que el autismo es causado por la falta de regulación de productos químicos en las sinapsis, la unión entre células cerebrales.
La última evidencia de esto proviene de una prueba clínica realizada a niños autistas de 25 niños autistas de seis a 17 años. El ensayo fue conducido por Seaside Therapeutics de Cambridge, Massachusetts. En datos publicados la semana pasada, la compañía asegura que los niños parecían responder bien al tratamiento con arbaclofen y sufren efectos secundarios mínimos. Arbaclofen está relacionado con un tipo de droga denominada Baclofen, un relajante muscular de uso común que también puede utilizarse como agente antiespástico. Los niños tomaron el fármaco durante ocho semanas, y la en mayoría se registraron mejoras significativas en medidas de irritabilidad y niveles de comunicación, dos problemas comunes en el autismo.
El hallazgo es considerada preliminar porque el estudio no fue controlado por placebo, es decir, los científicos no pueden comparar los niños que tomaron la droga con los que los que se les administró un placebo. Esto es especialmente importante en los estudios referentes al autismo, debido a que muchas de las pruebas utilizadas para evaluar a los pacientes son subjetivas, incluidas las evaluaciones del comportamiento de los padres y los médicos, dice Jeremy Veenstra-VanderWeele, profesor asistente de psiquiatría, pediatría y farmacología en la Universidad de Vanderbilt. Cerca de una media docena de sus pacientes participaron en el ensayo.
Aunque se necesitan más estudios, Veenstra VanderWeele dice que se vió gratamente sorprendido por la eficacia del medicamento. Un paciente adolescente que se había beneficiado poco de otros medicamentos se excitó bastante al comienzo del estudio, incapaz de permanecer en la sala con los investigadores durante más de unos minutos. Ocho semanas después, el paciente estaba escribiendo notas a los investigadores y parecía mucho menos ansioso y agresivo, una respuesta inusual y alentadora.
En general, los sujetos parecían establecer contacto visual con mayor facilidad, y se mostraban menos agitados y ansiosos, dice Paul Wang, vicepresidente de Seasside y pediatra de desarrollo conductual. Algunos fueron capaces de interactuar con sus compañeros más fácilmente y fueron menos propensos al balanceo repetitivo o los ataques de rabia, comportamientos característicos del autismo.
Seasides también ha probado arbaclofen en niños con síndrome de X frágil, un trastorno genético que se relaciona a menudo con el autismo. Ese ensayo, que era más grande y controlado con placebo, demostró resultados positivos similares, según la compañía. El éxito de las pruebas, sobre la base de otras investigaciones, sugiere que el síndrome de X Frágil es el primer modelo molecular válido para el autismo, dice Randi Hagerman, profesor de pediatría de la Universidad de California, Davis, y director médico del Instituto MIND. Hagerman trabajó con Seaside en el estudio del X Frágil.
El desarrollo de tratamientos de drogas contra el autismo ha demostrado ser muy difícil, en parte porque aún no está claro cuál es la causa de la enfermedad. Los síntomas varían mucho de una a otra persona, y no se puede diagnosticar con un examen de sangre o escáner cerebral. Arbaclofen es uno de los pocos medicamentos que ha demostrado un beneficio.
“El medicamento funciona al aumentar la producción de un aminoácido, llamado GABAB,que inhibe que los neurotransmisores se liberen en la sinapsis. Es posible que la activación insuficiente de GABAB en las sinapsis de las células en una parte específica del cerebro, conduce a la ansiedad excesiva y frecuente que se observa en personas con autismo y síndrome de X Frágil”, dice el presidente y co-fundador de Seaside, Randall Carpenter. “Autopsias recientes efectuadas en personas con autismo demostraron que estos tenían menos receptores GABAB. Y estudios en roedores genéticamente diseñados para imitar los defectos del cromosoma X frágil apoyan la idea de que un aumento en la actividad de los receptores ayuda a aliviar los síntomas de la enfermedad”.
Es aún demasiado pronto para predecir si el medicamento tendrá éxito en ensayos clínicos mayores, y en cualquier caso, no está claro a qué edad se debería comenzar el tratamiento. La compañía ha probado sólo en niños mayores de seis años de edad debido a que es el rango de edad para medicamentos que se usan para tratar la irritabilidad en niños autistas. Carpenter dice que espera que con el tiempo el medicamento se demuestre más eficaz en niños más pequeños, ayudándoles a evitar años de déficit, y en adultos con autismo, porque el daño sináptico no parece ser irreversible. Tampoco está claro, si el medicamento deberá ser tomado por un corto período, para reprogramar y reciclar a los circuitos del cerebro, o si los pacientes tienen que tomarlo por tiempo indefinido.
Los investigadores se preocuparon un poco antes del estudio de que la activación de los receptores GABA podría simplemente sedar a los niños, dice Wang. (Benzodiazepinas, como el Valium, que se utilizan como agentes contra la ansiedad y pastillas para dormir, actuan en otro tipo de receptor GABA.) Pero los informes de los médicos, además de las mejoras en la comunicación e irritabilidad, sugieren que la sedación no era un problema. Seaside tiene esperanzas de avanzar en su investigación del síndrome Frágil X, y llevar a cabo un estudio más grande, controlado con placebo, en niños con autismo.
Autor: Karen Weintraub
Enlace original: A drug shows promise in autism.