Pues bien, en la primera parte de la ruta nos habíamos quedado en un bar/terracita descansando un poco del paseo mañanero, así que una vez descansado vamos al lío con esta segunda parte en la que nos daremos un bonito paseo por el Barrio Santa Cruz de Sevilla hasta la mismísima Catedral de Sevilla con su famosa Giralda.
Pero antes de eso vamos a ir en primer lugar a la Plaza de los Refinadores que está muy cerquita de la zona de bares donde acabamos la parte I, de todas formas no se preocupen que les dejo el mapa al final del post con la ruta completa. La Plaza en cuestión está situada lejos del centro de la ciudad y era el lugar donde los refinadores realizaban su oficio, que no tenía nada que ver con el petróleo, sino más bien consistía en separar el cuero de la carne de los animales y su curtido. Esta tarea dejaba un olor bastante desagradable, por no hablar de las ratas y aguas pestilentes que acarreaba el oficio, y precisamente por eso debía realizarse lo más alejado posible del centro histórico.
Dicho esto, ¿cuál es el lugar más alejado del centro pero a su vez protegido? pues obviamente uno pegado a la antigua muralla, y este es el lugar donde se encuentra la plaza. De hecho si buscan un poco, todavía podrán ver algún restos de la muralla que cercaba la ciudad...
Por cierto, ¿ven en la foto esos agujeros en la muralla? pues un poco más adelante les contaré qué hacen ahí.
Por su parte, la reja negra que pueden ver en la foto es la que separa hoy en día la plaza de los Refinadores y los Jardines de Murillo.
La otra curiosidad de la plaza es la estatua que pueden encontrar en el centro de la misma y que representa ni más ni menos que al mismísimo Don Juan Tenorio.
Es Don Juan tan importante para Sevilla que incluso existe una casa particular en Sevilla que cuenta la historia del Don Juan de Zorrilla en su fachada. Si quieren saber dónde está esa casa y conocer algo más de la historia del mítico ligón les invito a que: pinchen aquí.
Pero dejemos, aunque sólo sea por un rato a Don Juan, ya que más tarde volveremos con él, para adentrarnos al casco antiguo de Sevilla por la calle Mezquita. Esta estrecha callejuela durante muchos años tuvo muy mala fama, al fin y al cabo terminaba en la plaza de los Refinadores por lo que no era una calle demasiado saludable, por decirles algo.
Pero eso es agua pasada, hoy día se llama calle Mezquita en honor a la Mezquita que los musulmanes tenían en donde está la Plaza de la Santa Cruz, que es precisamente nuestro siguiente destino.
Algo tiene que tener esta plaza para que sea la que le da el nombre a uno de los barrios más bonitos, de hecho para muchos el más bonito de toda Sevilla, el Barrio de Santa Cruz.
Pues bien, a priori podríamos pensar que la plaza recibe el nombre por la Cruz de hierro que pueden ver en el centro de la misma, de hecho esta cruz tiene prácticamente 325 años, sin embargo, el nombre de la plaza y del barrio provienen de una iglesia todavía más antigua que la Cruz y que existió donde hoy está el solar que ocupa la plaza.
Verán ustedes, este ha sido siempre un lugar sagrado. Como saben por el nombre de la anterior calle, aquí estuvo situada una mezquita musulmana, más tarde se construyó en este mismo sitio una sinagoga judía, y en 1391 sobre esa sinagoga se edificó una iglesia católica (un poco más adelante les contaré qué paso en el 1391) que acabó siendo expropiada y destruida por los franceses en 1810, lo cual no deja de ser curioso ya que si se fijan en la foto verán la bandera francesa en el edificio del fondo,que es actualmente el Consulado General del Francia. Precisamente en su pasado religioso se esconde uno de los secretos de la plaza, y es que en algún lugar desconocido de la misma descansan las cenizas de ilustre pintor realista Esteban Murillo quién voluntariamente solicitó que sus restos descansaran en la Iglesia de la Santa Cruz que fue demolida por los franceses.
Ya se imaginarán por qué los jardines que visitaron en la Parte I de esta ruta se llaman Jardines de Murillo. Y es que el genial pintor es muy querido en la ciudad y tiene varios monumentos dedicados a su persona, siendo esta placa del 1858 el primero de todos ellos. Además Murillo fue uno de los fundadores de la "Academia de Pintura" en 1660 y que fue a su vez el origen de la actual Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría.
Otra pequeña curiosidad de la plaza es que si se fijan en el suelo del pequeño jardín elevado donde está la Cruz de Cerrajería podrán encontrar la "Estrella de ocho puntas"...y ¿qué tiene esto de especial?...bueno tendrán que leer este post para descubrirlo: pinchen aquí. Por cierto, este jardín está rodeado de grandes naranjos por lo que hay mucha sombra que proporciona un agradable descanso, sobre todo en el caluroso verano sevillano.
Hablando de la Cruz de Cerrajería, hay quienes afirman que su nombre original era el de Cruz de la Sierpes o de las Serpientes y es que si hacemos zoom en la Cruz les será fácil ver a los reptiles...
...pues bien, resulta que la Cruz estuvo durante sus primeros 150 años en la calle más famosa de la ciudad, la calle Sierpes. Así pues, se da la paradoja de que la Cruz de Cerrajería no da el nombre a la Plaza de la Santa Cruz y sin embargo es posible que sí que diera el nombre a una de las calles más famosa de la ciudad, la calle Sierpes...líos de la vida.
Abandonemos ya esta plaza que como seguro saben es el lugar donde duerme la Luna...¿cómo?, ¿qué nos tienen ni idea de lo que les estoy hablando?...bueno, estoy seguro que lo han escuchado cientos de veces pero quizás no han prestado atención a la letra...música maestro...
Sigamos hasta otra plaza situada justo al lado y que está también repleta de curiosidades, la Plaza Alfaro. Precisamente uno de los secretos que oculta esta plaza lo pueden encontrar en esta ventana, y más concretamente en su particular reja de hierro...
...y es que la curiosidad radica en que los barrotes de esta reja no están ni soldados, ni atornillados, ni pegados de ninguna forma sino que están entrelazados como si fuera un tejido. Es de una factura tan complicada que se la conoce como la reja el diablo ya que sólo el demonio pudo haberla forjado y lo cierto es que en el mundo existen muy pocas rejas que usen esta técnica, de hecho en Francia las llaman "las rejas misteriosas".
En realidad la técnica "humana" para fabricarla se llama punzonazo, no existe datos sobre su origen concreto pero efectivamente es de muy difícil ejecución ya que hay que alternar las barras de la verja cruzando macho y hembras. Os dejo un primer plano para que vean la dificultad de la técnica...
Por cierto, antes de seguir os diré que trae mala suerte tocar la reja...por si lo estaban pensando, yo por si las moscas no lo he probado.
Otro secreto de la plaza está en el precioso balcón que podrán ver en el edificio esquina con los Jardines de Murillo. Se trata del famoso balcón de Rosina que inspiró a Beaumarchais para su comedia"El Barbero de Sevilla" en 1775...y que luego daría fama internacional este corto de la Warner..
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Ok, esto es un coña, quiénes de verdad proporcionaron fama internacional a la obra fueron Rossini y Sterbini con su famosa ópera estrenada en 1816....ya saben, fígaro, fígaro, fígaro, fígaro, fíiiiigarooo¡¡¡¡
Sin embargo, aunque el balcón es realmente bello, se construyó más de un siglo después de que Beaumarchais escribiera su obra, de hecho por lo visto el propietario de la casa se basó en "El barbero de Sevilla" para encargar el balcón por lo que en este caso sí que se sabe qué fue antes, si el huevo o la gallina.
Lo que no es una mera anécdota es la siguiente curiosidad, ¿recuerdan que antes les hablé de los agujeros de la muralla? pues en la plaza Alfaro podrán ver la explicación para los mismos...
...y es que como reza el azulejo lo que están viendo son restos de la muralla islámica del siglo XI-XII, siendo esos agujeros los conductos del agua potable que los cristianos añadieron a la muralla para uso del Real Alcazar, algunos edificios de nobles y religiosos de la ciudad y finalmente las fuentes y algún baño público. Eso del agua corriente que hoy no le damos la menor importancia era algo sólo para la clase top...¿se imaginan su vida sin un grifo cerca?..llamadme loco, pero yo prefiero vivir sin smartphone antes que sin un grifo de agua...
Y hablando del agua, adentrémonos en el callejón que está justo al lado de la muralla y que se llama, como no podría se de otro modo, la calle o callejón del agua. Tras unos cuantos pasos verán esta placa en una casa a su derecha...
...se trata de un homenaje a Washington Irving quién se alojó unos días en esta casa en su visita al sur de España, por cierto si la puerta está abierta asómense si quieren ver un bonito patio sevillano (esto es extendible a varias casa de este barrio, si están abierto asómense y disfruten). Para los que no conocen a este señor, Irving fue un diplomático que llegó a ser el embajador norteamericano en Madrid y también fue un gran escritor, de hecho fue el primer escritor profesional de éxito en Norteamérica y hoy en día muchas calles y ciudades de su país llevan su nombre.
Además estaba tan fascinado por la cultura hispano-musulmana que realizó una ruta por la "frontera" entre ambas culturas, es decir una ruta entre Sevilla y Granada en 1829 y hoy en día si viajas por la autovía entre ambas ciudades veréis los carteles de la Ruta de Washington Irving. Este señor atrajo multitud de viajeros a España en general y Andalucía en particular gracias a su visión exótica de nuestra tierra...pero lo realmente importante, y aquí vienen el apunte friki del post, es que fue el inventor de la palabra "Gotham" para referirse a New York.
Pero dejemos tranquilo al inventor también de la expresión "el todopoderoso dolar" y metámonos por la calle de Justino de Neve, canónigo que fue un buen amigo de Murillo quién incluso le hizo un retrato. Pues bien, se supone que en esta calle nació el mítico Don Juan Tenorio de Zorrilla (ya les avisé antes que volveríamos a saber de este personaje) y esta placa así nos lo recuerda...
Pero es que además esta calle acaba en la Plaza de los Venerables donde podrán tomarse una tapa y una cervecita en el mismo hostal donde transcurre la primera escena de la obra, la Hostelería el Laurel. Parece increíble que el propio José Zorrilla se alojara en esta misma hostelería mientras escribía su obra más universal, inspirándose en el entorno para ir dando forma a su versión y centrando el acto I del drama en la propia hostelería de Buttarelli...
"-¿La Hostelería del Laurel?-En ella estáis, caballero-¿Está en casa el hostelero?-Estáis hablando con él."
De hecho hay quien asegura que el propio Don Juan Tenorio está inspirado en un importante vecino de la ciudad llamado Miguel Mañara quién vivió allá por el siglo XVII y que, al igual que el Don Juan Tenorio de Zorrilla tuvo una vida de libertinaje y seducción para terminar arrepintiéndose y cambiando de conducta radicalmente. Aunque claro, la realidad es que poco se sabe de la infancia de Mañara y menos aun de si Zorrilla pudo inspirarse o no en su leyenda.
Prosigamos nuestro recorrido ahora por la Calle Gloria donde podrán ver un plano del Barrio Santa Cruz en cerámica. Aprovecho esta circunstancia para contaros algo acerca de la forma de este barrio, veréis, a estas alturas se habrán fijado en que las calles del barrio judío son muy estrechas, con muchos recovecos, vueltas y revueltas. Esto es debido principalmente a que los barrios judíos tenían un espacio limitado, la gente debía aprovechar al máximo el terreno que los cristianos les cedían (y de paso cercaban muchas veces para controlar su población) y por esto la estrechez de las calles y las casas altas. Pero en Sevilla además esta distribución cumple otra función que agradecerán y notarán si visitan en barrio sobre todo en verano, y es que se consigue mucha mas sombra y frescor al evitar que los rayos de sol penetren. Además hay una tercera y triste razón que explican estas calles, y es que como todos sabemos los judíos han sido siempre un pueblo muy perseguido y odiado, con lo cual un "laberinto" puede ser una salvación en caso de ataque...y esto fue precisamente lo que ocurrió en el 1391.
¿Recuerdan que les decía que en 1391 se construyó la Iglesia de Santa Cruz sobre una sinagoga?, pues esto ocurrió así por las revueltas antijudías que hubo ese año en muchas ciudades de los reinos cristianos de la península, siendo la primera y más grave de dichas revueltas la que ocurrió aquí. De hecho se calcula que murieron aproximadamente unos 4.000 judíos y los demás o se convirtieron forzosamente o huyeron. Al final, aquí terminó prácticamente la comunidad judía en Sevilla y todo por un alzamiento del populacho (que no militar), mal influenciados por gentes despiadadas en busca de las riquezas de los judíos. La próxima vez que vean una película sobre los nazis y lo malo que fueron, recuerden que nuestros antepasados no fueron hermanitas de la caridad precisamente. Por cierto, hay una leyenda que nos cuenta cómo quisieron vengarse los judíos...pero se la contaré un poco más adelante...
Mientras tantos pasemos a cosas más alegres y sigamos nuestro recorrido adentrándonos ahora en una pequeña calle a mano izquierda conocida como Calle Pimienta. Se trata de una calle típica del barrio y aunque es muy cortita está cargada de leyendas, en especial en lo referente a su nombre, que cuenta con hasta tres versiones distintas para explicarlo.
Así pues, existe una leyenda que dice que en esta calle vivía un rico e influyente comerciante judío que siempre aseguraba que Yavéh, en época de hambruna, nunca recurría al árbol de la pimienta (que digo yo que mejor ir a un manzano o un naranjo), y sin embargo un día en su jardín creció un árbol de la pimienta por lo que el comerciante, en señal de respeto le puso ese nombre a la calle.
Otra leyenda asegura que la calle se llama así porque aquí tenía un comerciante judío una tienda de especias. Las cosas no le iban muy bien al pobre hombre y un día harto de su situación comenzó a blasfemar y culpar a Dios de sus desgracias. En esto, un cristiano que lo escuchó le reprendió por sus palabras y le dijo que la culpa de sus males no era de Dios, sino suya, y que Dios le había dado muchas cosas. El judío arrepentido comprendió el error de sus actos y comenzó a llora. Para asombro de todos, de sus lágrimas surgieron plantas de pimientas y de ahí el nombre de la calle.
Una versión muy parecida nos cuenta que el comerciante de especias judío estaba triste porque tenía muchas especias para vender, pero no pimienta. Entonces un cristiano le dijo que si tenía fe y rezaba a Dios, este le ayudaría. El judío no le creyó, pero como no tenía nada que perder rezó por la noche, y al día siguiente cuando salió al jardín vio con asombro como tenía un árbol de la pimienta ya en flor.
Y para tí ¿cuál es tu versión preferida?. Desde luego la calle Pimienta da mucho juego y no sólo por las leyendas asociadas a su nombre... veréis cuentan que en el año 1328 la reina Doña María de Portugal visitó en esta calle a una hechicera judía para obtener una poción de amor, y poder echarla en la bebida de su marido, el rey Alfonso XI quién tenía una amante llamada Leonor de Guzmán. La verdad, sabiendo que doña María era la prima hermana de Alfonso XI yo también hubiese buscado una "salida"...sin embargo, por una confusión del destino, la pócima la bebió un joven novicio llamado Fernando quien quedó prendado de ¿Doña María?....pues no, también se enamoró de Leonor de Guzmán, así que abandonó sus votos, se metió al ejercito y le pidió su mano en matrimonio al rey..lo normal vaya. Alfonso XI pensó que si accedía a esta petición alejaría las sospechas que tenía toda la corte, a excepción del pobre don Fernando, respecto a sus líos de faldas con doña Leonor, así que bendijo con gusto el matrimonio. Sin embargo el rey y doña Leonor siguieron viéndose en secreto...o no tan secreto,al fin ya al cabo tuvieron hasta 10 vástagos juntos.... Don Fernando supo pronto de los escarceos amorosos de su mujer y, no pudiendo vengarse de su amante, abandonó las armas y dijo al rey: "Quedaos con vuestra favorita, que yo me vuelvo al convento". Más tarde, en el 1350 tras la muerte de Alfonso XI, a doña María de Portugal le falto tiempo para encarcelar a Leonor de Guzmán y ordenar su ejecución. Tras su venganza, doña María también se encerró en un convento hasta su muerte.
Como verán es una historia muy triste para todos los implicados, bueno para casi todos que Alfonso XI bien que se puso las botas, pero más triste aun es la leyenda de la siguiente calle que pueden descubrir a su derecha, la Calle Susona.
Probablemente esta sea la leyenda más conocida del Barrio Santa Cruz y todo ocurrió en 1391...¿le suena la fecha verdad? Después de la despiadada matanza de los judíos, algunos supervivientes tramaron una conspiración para asesinar a varios cristianos poderosos. La conspiración la encabezaba un tal Diego Susón quien tenía una hermosa hija llamada Susona quien a su vez resultaba que tenía como amante a un joven caballero cristiano, cosa que ignoraba su padre.
Así las cosas, la Susona escuchó los planes conspiratorios de su padre, que incluía la muerte de su amante, y sin pensarlo dos veces se escapó de casa por la noche y puso al tanto del asunto al joven cristiano quién avisó inmediatamente a las autoridades que entraron en el barrio y apresaron a los conspiradores. Al poco tiempo los ejecutaron a todos, incluido a Diego Susón.
A partir de aquí hay dos versiones, unos aseguran que la Susona atormentada por su traición acudió a la Catedral de Sevilla, donde fue bautizada y entró en un convento hasta que calmó su espíritu y pudo regresar a su casa ya como cristiana hasta su muerte (esta es la versión que pueden leer en el azulejo). Otros aseguran que después de traicionar a su propio padre, su amante la abandonó alegando que una persona así no era de para nada de fiar por lo que volvió a su casa y, odiada como era por el pueblo judío, se quedó en su hogar encerrada hasta su muerte.
Una vez fallecida en su testamento dejó claro que, como castigo a sus acciones y como aviso a las futuras generaciones, separaran la cabeza de su cuerpo y que la expusieran en la puerta de su casa. Así se hizo durante mucho tiempo hasta que aquello empezó a dar mucha grima y finalmente fue sustituida por un azulejo...
Precisamente por este macabro motivo esta calle se llamó Calle de la Muerte durante muchos años, pero bueno no se preocupen que antes de abandonar esta calle les contaré un secreto para irse con un buen sabor de boca, y es que si se dan vuelta podrán ver en una esquina un curioso ejemplar de "palmeranjo", palabra que me acabo de inventar pero que define a una especie arbórea mitad palmera y mitad naranjo ( patente en curso).
Lo gracioso es que por lo visto los dátiles de la palmera saben a naranja y sin embargo las naranjas del naranjo... pues también saben a naranja...aunque la verdad es que no he tenido el gusto de probar ni lo uno ni lo otro. Por cierto, por si están pensando que en realidad son dos árboles separados os dejo la prueba de que no es así...
Pero si lo que quieren es ver naranjos típicos sevillanos, una de las plaza más bonitas de toda la ciudad y que además en el siglo XVII fue utilizada como corral de comedia, sólo tienen que seguir hasta el final de la calle Susona para descubrir la Plaza de Doña Elvira.
Se trata de un rincón muy agradable y fresquito que se agradece enormemente en verano y donde podrán tomarse un refresquito en alguna terraza. Claro que eso si encuentran un sitio libre, cosa que no es tarea fácil ya que, como les comento, es un lugar predilecto dentro del barrio Santa Cruz. Sino siempre podrán descansar un rato en alguno de sus bancos.
Mientras descansan un poco les contaré que en esta plaza estaba situada la casa de Don Gonzalo de Ulloa, quien era el padre de la Doña Inés de Ulloa quién a su vez, como saben fue el amor del Don Juan Tenorio de Zorrilla ¿no es cierto, ángel de amor que en esta apartada orilla nació una tal Doña Inés en una casa de Sevilla? vale, la rima tampoco es lo mío pero lo cierto es que según la leyenda Doña Inés nació en esta plaza.
Ahora bien, la plaza se llama Doña Elvira y no Doña Inés y es que aquí estuvo el palacio y los terrenos de Doña Elvira de Ayala, la hija del famoso Don Pero López de Ayala. Verán ustedes, cuando sucedió la famosa matanza y expropiación de los judíos en 1391 (seguro que ya no olvidan esta fecha), el rey Enrique III era menor de edad y se creó un consejo real que ordenó a este señor la distribución de los terrenos. Y como el que reparte se lleva la mejor parte, le concedió esta zona a su querida hija. Con el tiempo aquí estuvo situado el corral de comedia de Doña Elvira, el favorito por los sevillanos y en el se estrenaron obras de autores hasta entonces desconocidos como un tal Miguel de Cervantes o López de Vega.
Bien, una vez reposado y algo más sabios sigamos ahora por la estrecha calle Vida. Se da la curiosidad de que esta calle es paralela a la calle Susona, que como saben durante mucho tiempo se llamo calle de la Muerte. Supongo que la moraleja, si es que hay alguna, es que la Vida y la Muerte son viejas conocidas que se tienen un profundo respecto ya que no existiría la Vida sin la Muerte y al revés, pero que no quieren cruzar sus caminos ya que cuando esto sucede la Muerte pone fin a la Vida o el bien el inicio de la Vida pone final a la Muerte. Si me falla la rima, siempre me queda la filosofía jajaja.
Desde la calle Vida si giran a su derecha llegarán a la calle Judería, a estas alturas ya se imaginarán que esta calle se llama así porque era la entrada al antiguo barrio judío.
De hecho, una de las puertas de la judería, que se cerraban por la noche para tener perfectamente controlada a su población, se cerraba en ese arco que ven, aunque por el otro lado.
La calle judería está literalmente pegada al Real Alcazar, incluso tiene un acceso directo a sus magníficos jardines que era frecuentemente usado por el Rey. Cuando se daba ese caso, en las ventanas superiores de la calle se aposentaban tiradores como medida de protección a la salida y entrada real. A fin y al cabo las casas de la calle eran propiedad del personal de servicio del Real Alcazar.
Y hablando de reyes, existe una leyenda que afecta al Rey Pedro I el Cruel del que ya os conté otra famosa leyenda sevillana y que pueden leer si pinchan aquí. Esta vez la leyenda nos dice que el Rey Pedro I tenía una amante fuera del matrimonio (ohh que raro¡¡). El caso es que cuando el Papa se enteró lo quiso excomulgar redactando un documento, pero nadie se atrevía a leérselo a el rey, al fin y al cabo un rey apodado el cruel no inspira mucha confianza.
Finalmente un valiente cura llamado Marcos aprovechó que el rey estaba de cacería para comenzar a leerle a grito "pelao" el documento de excomunión papal, pero eso sí, desde el otro lado de un río. El rey, sabiendo de lo que trataba el tema, trató de apresarlo, sin embargo el cura salió corriendo y gritando que algún día le terminaría de leerle el documento estuviese vivo o muerto. Quiso el destino que el pobre cura falleciera al poco tiempo y como no pudo cumplir su promesa en vida ahora se pasea por esta calle en modo fantasma susurrando: "Rey don Pedro, ¿dónde estás para leerte tu excomunión?".
Aun con varios fantasmas de por medio (algunos desmentidos), siempre es un placer pasear por esta peculiar calle, y si pasan por el arco de la foto accederán a un callejón cubierto que regala una de las FOTOS con mayúscula que todo el que visita la ciudad quiere llevarse de recuerdo...
Además la calle desemboca en el famoso Patio de Bandera. Esta plaza se llama así porque cuando la visitaba algún rey, todo esos balcones que la rodean se llenaban de banderas en su honor, aunque hay otra versión que nos dice que se llamaba así por una bandera que siempre ondeaba en la puerta de entrada a este patio. De lo que sí estamos seguro es que tal y como dice una placa, fue usado como Patio de Armas del Real Alcázar ya que está dentro de su recinto amurallado.
Recientemente se han encontrado aquí los vestigios más antiguos de la ciudad, fechados en el VIII ac, pero también restos de edificios religiosos romanos y algunos "jugetes" también romanos que sugieren que en esta zona podría haber estado un prostíbulo.
Otra curiosidad, ya saliendo del Patio de Bandera en dirección a la Catedral es un pequeño retablo que puede verse a mano derecha. Delante de este retablo dicen que oró el mismísimo Colón antes de embarcarse en su famoso viaje a las Américas...
El Retablo de la Pureza, es realmente antiguo, pero no tanto como para que Colón rezará delante de el mismo. Aun así, esa leyenda salvó el retablo en el siglo XIX cuando pretendían desmontarlo.
Actualmente está protegido por un cristal que, aunque lo salva de las inclemencias meteorológicas y de los gamberros, también evita que salga bien las fotos ya que cuando no es un reflejo, es un brillo o un desenfoque...pero bueno, esta joya de finales del XVII lo merece.
Con este retablo llegamos a la Plaza del Triunfo, un lugar privilegiado de la ciudad por ser el único sitio donde se pueden ver los tres Patrimonios de la Humanidad de Sevilla. Sin embargo ya es hora de poner punto y final a la entrada, ha sido un día muy largo y probablemente estarán deseando descansar y tomarse algo, cosa que podrán hacer por ejemplo en la cercana calle Mateo Gago donde podrán encontrar varios sitios para tapear.
Sin más, os dejo el mapa de la ruta
Con esto termino la ruta de 1 día por la Curiosidades de Sevilla, más adelante les seguiré contando más secretos de la ciudad para una visita más completa. Hasta entonces espero que les sea útil la entrada.
Un saludo.