La creación de un Fondo Monetario Europeo a instancias de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, no hace más que poner una tapa provisoria a la olla a presión de la deuda, una convulsión a fuego lento que está aún lejos de terminar pese a los alambicados mecanismos de este nuevo rescate a Grecia que explica Nouriel Roubini en El Economista. Los líderes de los países miembros de la zona euro consumaron el plan por la simple razón de que de no hacerlo ponían en peligro todo el proyecto de la moneda única. Los mercados financieros respondieron con euforia al anuncio, pero en menor medida al primer rescate de mayo de 2010 (ver gráfica). Esto es por las serias dudas que encierra el plan y porque el optimismo se ha desvanecido.
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