Nuevos ámbitos para los perros de utilidad

Por Essobreperros @essobreperros
Estamos acostumbrados a oír hablar de perros guía para ciegos, de perros para detección de drogas o explosivos, incluso perros para sordos y perros de asistencia… Fuera de nuestras fronteras y ya algo en nuestro país, se está empleando a los perros en más campos de actuación. Precisamente en base a la empatía que produce el perro, se están realizando programas para que los perros sirvan como apoyo emocional a las personas. Concretamente con soldados de guerra lesionados, y con personas que están sufriendo alguna situación traumática tales como niños que son víctimas de la separación de sus padres o víctimas de abusos sexuales. La presencia del perro, su cercanía, el poder acariciarlos e interactuar con ellos facilita las declaraciones de estas personas en procesos judiciales. También los perros ayudan al ser humano en las cárceles. La población reclusa en ocasiones, es una población que carece de hábitos elementales para la adecuada integración en la sociedad. Muchas veces son personas que carecen de hábito de trabajo, de constancia, de capacidad de esfuerzo, que carece de metas, de proyectos vitales, y en las que se da inseguridad y falta de autoestima… Para posibilitar que esas personas puedan rehabilitarse en la sociedad, en las cárceles tradicionalmente se organizan múltiples actividades para los reclusos con el fin de solucionar sus carencias y capacitarles para su reinserción. Estas actividades son muy variadas: formación académica, talleres de corte y confección, tareas de cocina, cuidado de jardín, deportes, trabajos en empresas de producción….
La inclusión de una actividad de adiestramiento y cuidado de perros puede ser muy útil en este sentido. Ya sólo con la empatía y motivación que generan los perros se daría un gran paso a favor de esas personas. Pero además se generan hábitos muy saludables en los reclusos: se responsabilizan de un perro al que cuidan, pasean, peinan, dan de comer, enseñan; aumenta su autoestima; adquieren constancia, paciencia; aprenden a tener en cuenta a un tercero (en este caso el perro); adquieren capacidad de concentración y de trabajo; aprenden a controlar impulsos de violencia y a gestionar de forma positiva los problemas…