“Tras intensas reuniones y deliberaciones con Cámaras y asociaciones, así como en los propios Ministerios competentes, fue aprobada por el Senado, el pasado 7 de junio de 2013, la modificación del HOAI. Los responsables de este asunto son AHO (Asamblea o Comisión de las cámaras y asociaciones de Ingenieros y Arquitectos para el baremo de honorarios), la BAK (Cámara federal de arquitectos), así como BINGK (Cámara federal de Ingenieros). Debido a la complejidad y la extensión de la materia, la revisión y preparación de la HOAI (baremo de honorarios profesionales para Arquitectos e Ingenieros) ha sido realizada en estrecha colaboración con el Ministerio de Economía competente, pero también con el Ministerio de Obras. Lógicamente, también han participado a modo de publicidad otros agentes, como por ejemplo, las asociaciones punteras en la materia.A pesar de los intensos esfuerzos, no se ha conseguido que el Ministro de Economía implemente algunas reclamaciones que son legítimas.No obstante, sí que ha sido posible conseguir, por ejemplo, un aumento en los honorarios de los arquitectos de aproximadamente un 20% en la tabla de valores (baremo de honorarios), donde cerca de un 10% se corresponde con aumentos de rendimiento o productividad adeudados y el otro 10% con ajustes reales de los honorarios. Para ser exhaustivo se ha señalado que en el año 2009 ya se produjo un aumento de los honorarios de un 10%.
En esencia, en Alemania se está de acuerdo, tanto el conjunto de los Partidos, como los Arquitectos e Ingenieros , en que una normativa vinculante sobre precios, es decir un baremo obligatorio aprobado a nivel estatal, debe entenderse como una garantía de calidad en los Proyectos y para la “cultura de la construcción” en general, así como una protección del consumidor.
El baremo estatal es aplicable a todos los edificios, cuyo coste de ejecución se sitúe entre los 25.000 y los 25.000.000 de euros. Por debajo y por encima de este coste, pueden acordarse los honorarios libremente.”
De esta comunicación pueden extraerse las siguientes conclusiones:
1.- A los técnicos nos han engañado durante años con el argumento de que había que prohibir los honorarios mínimos profesionales, que habían funcionado excelentemente durante décadas, porque la normativa europea sobre la Competencia los impedía. Era MENTIRA, con todas las letras. Da la impresión de que los sucesivos Gobiernos de España, rehenes de un europeísmo paleto y periférico y de un entreguismo sonrojante, han venido cuidándose más de parecer “uropeos” que de defender los intereses nacionales.
2.- En Alemania (y en cualquier país que se pretenda civilizado), para tomar decisiones de esta transcendencia se negocia democráticamente con todos los sectores afectados, tanto técnicos como consumidores, intentando armonizar los derechos de todos ellos, sin perder de vista la justicia social, el futuro y el prestigio del país. Solo así se logra plasmar una normativa equilibrada y que defienda el interés general.
3.- En Alemania los Gobiernos que se han venido sucediendo, sin importar sus ideas políticas antagónicas, han venido haciendo país intentando fomentar la cultura de la calidad de los proyectos y obras, para lo que entienden que hay que retribuir adecuadamente a sus autores. No ofrece ninguna garantía de tal calidad que se imponga sin límites la ley de la selva en el mercado técnico, porque así se elige solo por precio y se relega la calidad, a la vez que se fomenta el incumplimiento de la normativa. ¿El mejor ejemplo reciente? La certificación energética, sin ir más lejos.
4.- En este contexto, una normativa vinculante de precios mínimos garantiza la seguridad de los ciudadanos la protección de los derechos del consumidor.
5.-Quizá por esta cultura nacional del fomento de la calidad y el respeto al trabajo de los profesionales y al prestigio de su país, los alemanes están donde están y nosotros estamos donde estamos. Esa es la cruda realidad, y nosotros lo estamos consintiendo dejándonos arrastrar si reaccionar, dando por cierta una cohartada europea inexistente.
6.- ¿Qué es más deseable, que España conserve su fama de técnicos prestigiosos y capaces, o que se nos empiece a conocer como el país donde los ingenieros son más baratos que los técnicos que reparan lavadoras? Con los precios del certificado energético ya está ocurriendo.
CertiFACIL, como plataforma integrada por técnicos de todas las disciplinas, seguirá informando al público y a todos sus colaboradores de este asunto, y tiene la firma creencia de que es de justicia que en España se siga el ejemplo de los HOAI, se restauren los baremos de Honorarios Minimos y se frene el proceso de envilecimiento a que están sometidas nuestras profesiones.
Para ello deberán jugar un papel primordial los Colegios Profesionales, cuya existencia se vende desde los postulados ultraliberales como una carga para los profesionales, y se pretende la reducción de sus competencias. Aunque nos consta que en estos momentos el Consejo General de los Colegios de Arquitectos de España se encuentra iniciando acciones de colaboración con el CAE (Consejo de Arquitectos de Europa).