Amylois se ha puesto manos al fieltro y ha creado un marcapáginas con ojos y todo. Y además te miran siempre (no sé cómo lo hacen), incluso a la cámara si estás haciendo una foto. Es magia. Además me envió toda una colección de “cosas” rositas: sobres de todos los tamaños, pulseritas, pinzas… vamos, que mi vida es más rosita todavía que antes.
Meg, además de hacer marcapáginas de su blog, hace también marcapáginas de su reto de Paul Auster (idea que lo mismo cualquier día copio inmisericordemente muajajajajaaaaa). Como todavía no he empezado el reto (¿qué raro, eh?), usaré el marcapáginas para leer Brooklyn follies, cuando lo lea, claro. De hecho ya lo he metido en el libro, como método de presión.
Marilú también se ha tomado la molestia de enviarme un marcapáginas de su blog, del nuevo diseño que acaba de estrenar y que me ha encantado. También estoy deseando meterlo en alguna próxima lectura, pero todavía no sé en cuál; es que esto requiere una gran planificación.
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Muchísimas gracias a todas por acordaros de mí y por hacer el esfuerzo de enviarme vuestros tesoritos, que ya sabéis que me hace muchísima ilusión ir coleccionando (y usando) los marcapáginas de mis amigos de la blogosfera.
A todos los demás, recordaros que si queréis unos marcapáginas de mi blog solo tenéis que pedir por esa boquita, y que si además tenéis alguno del vuestro para intercambiar, me haréis inmensamente feliz.
¡Feliz domingo!