Nuevos medios de pago

Publicado el 04 octubre 2014 por Pablo Rodríguez @pablorb

El llamado dinero de plástico cuenta con una gran implantación en España. El nº de tarjetas Visa ronda los 40 millones, lo que supone aproximadamente 2 tarjetas de este tipo por hogar.

La historia de las tarjetas de crédito se inicia en 1914, con las emitidas por la Western Union para algunos clientes preferentes, a los cuales se les ofrecía ya la posibilidad del pago diferido. A partir de ahí, diversas entidades bancarias y comerciales comenzaron a emitir sus propias tarjetas.

Este instrumento tiene diversas modalidades: tarjetas de crédito, débito, monedero, etc. Las dos primeras son usadas desde hace muchos años, mientras que las tarjetas monedero son más recientes. En la web del Banco de España contamos con una breve explicación acerca de los diversos tipos de tarjeta.

Desde hace algunos años, es posible operar en España a través de las este tipo de tarjetas. Su funcionamiento es sencillo y práctico: se carga la tarjeta con una pequeña cantidad de dinero, y nos permite hacer pequeños pagos con ella. Esto no sólo representa una ventaja para el usuario, que evita andar con efectivo, sino que facilita mucho la gestión de colas, ya que no hace falta introducir el efectivo en la caja ni devolver el cambio. Además, al igual que sus «hermanas mayores», las tarjetas monedero son un medio seguro, que puede ser recuperado en caso de extravío.

Una evolución de esta idea, que terminará generalizándose, es la de los pagos a través del móvil. Los terminales de última generación incorporan la tecnología NFC (Near Field Communications), que permite pagar a través del móvil en los comercios que cuenten también con esta tecnología, utilizando por lo tanto el smartphone como si fuese una tarjeta.

La implantación masiva de esta forma de pago dependerá en parte de que se llegue a un consenso en cuanto a la tecnología a utilizar. Los intereses de empresas como Samsung, Google o Apple no siempre son coincidentes (por el contrario, son frecuentes sus litigios), y la guerra de unos y otros por hacer que su tecnología prevalezca puede retrasar la generalización de su uso.

Por su parte, la implicación de las entidades bancarias puede acelerar el proceso. Mientras algunos bancos aún se muestran algo reticentes, otros ya han empezado a volcar una parte significativa de sus esfuerzos en el canal internet y móvil, conscientes de la importancia que va a adquirir en los próximos años.

¿Y TÚ, QUÉ OPINAS?