Nuevos puntos de venta en ibiza y un paseo por menorca

Dos años y tres meses hemos tenido que esperar para poder vender nuestra magia en la isla de Ibiza. Durante este tiempo muchas eran las clientas que nos demandaban la incursión en la isla, pero ya sabéis que las cosas de palacio van despacio. Sin embargo la espera ha merecido la pena, porque Las Perfumerías Clapés son el mejor enclave que podíamos tener en la isla. Gracias a Clapés nuestros productos se venderán no solo en la ciudad de Ibiza, sino también en Santa Eulalia y en San Antonio. Llegúe el miércoles con un poco de retraso y vinieron a recogerme Gisela Clapés y nuestra querida Diana. Me hizo mucha ilusión verlas en el aeropuerto. Nos fuimos directas a la tienda de Ibiza, en la calle Ignacio Wallis nº 8. Ya había clientas esperando. Como en otras ocasiones ya sabéis que lo que más me gusta es poder estar con vosotras cara a cara. Y en Ibiza no fue para menos. Muchas clientas se acercaron hasta la tienda para conocer de primera mano las propiedades de nuestras cremas y la magia de la rosa, y también para preguntar por el tratameinto más adecuado a su tipo de piel. Pude hablar con las vendedoras de la tienda, pues en Clapés tienen un equipo muy bien formado y sintieron mucha curiosidad por conocer el mundo mágico de nuestros productos. También vinieron amigos como Alejandra y su marido, que ya estaban de vacaciones en la isla y aún así se acercaron a saludar. Os podéis imaginar la ilusión que me hizo verlos y lo que aprecié el detalle de “perder” una tarde de sus vacaciones para darme un beso. Por supuesto estaba nuestra querida Diana, tan guapa como siempre y mejor acompañada que nunca, pues vino con las dos rosas más bonitas de la isla, sus hijas Natalia y Sara. La Perfumería Clapés de Ibiza es grande y muy bonita, espero que Carla Bulgaria Roses Beauty funcione bien en la isla, además ahora con el sol, el mar y las medusas, creo sinceramente que El Hidra Gel no puede faltar en las bolsas de la playa!!!

Después de la presentación, Gisela, Diana y Carmen me llevaron a cenar a la parte antigua de la ciudad, a un restaurante que se llama La Oliva. Y cenamos muy bien y muy rico!! Y disfrutamos como amigas de una noche estupenda y de una conversación fantástica.

Gracias a toda la isla de Ibiza por el recibimiento y muy especialmente a Gisela Clapés por confiar en nuestras cremas y a Diana por su apoyo y su amistad.

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De Ibiza volví a Madrid el jueves, pero el casualidades de la vida, un amigo nos había convidado a Menorca el fin de semana. Así que el viernes por la noche rehice el equipaje y junto con Kubrat y Tirso pusimos nuevo rumbo a las Baleares, esta vez el destino Menorca. Reserva de la biosfera y también una isla preciosa. Hemos podido conocerla en barco, como hacía viento norte (Tramontana) nos quedamos con las ganas de pasear por la coste norte, pero la parte sur de Menorca también es muy bonita y está llena de calas de arena blanca y agua turquesa.

El sábado llegamos casi hasta Ciudadela desde el puerto de Mahón. Parando en todos aquellos lugares que nos apetecía. Me gustaron especialmente Cala Rafalet, Cala Coves que se llama así porque en las rocas del acantilado hay muchas grutas y cuevas donde al parecer durante los años setenta habitó allí una comunidad hippie. Binidalí, Cala Turquete que supongo tendrá el nombre por el impresionante color turquesa del agua, espectacular como Macarelleta. Fue una jornada de mar larga pero muy bien aprovechada y de una belleza inolvidable. Para redondear el día, al entrar en el puerto de Mahón, los barcos estaban celebrando el día de la Virgen del Carmen, e iban en procesión tras la Virgen y Patrona de los Marineros, cantaban canciones y el sol se ponía. Fue maravilloso. Y por la noche fuimos a cenar a Cap Roig, uno de los mejores restaurantes de Menorca, en la costa norte. Lo típico es la caldereta de bogavante, pero nosotros preferimos probar los famosos mejillones de la isla y no nos eequivocamos. Probablemente sean los mejores mejillones que coma nunca. Pequeños, sabrosos, tiernos, deliciosos. Y de segundo no nos resistimos a un mero recién pescado que sirven con patatas fritas con ajos. ¡Qué rico estaba todo!! Y el domingo otro paseo en barco también por la costa sur, aunque esta vez no llegamos tan lejos. Os dejo algunas fotografías por que Menorca lo merece.