Fuentes: whtasnew, esmateria
Una nueva ola de robots basados en diseños biológicos, como los de la trompa de un elefante o los tentáculos de un pulpo, son capaces de realizar tareas que no están al alcance de las extremidades rígidas de los robots tradicionales
La robótica blanda es un campo de reciente aparición en el sector de la robótica que tiene el objetivo de desarrollar estructuras robóticas perfectamente flexibles.Este tipo de robots podría tener una enorme serie de aplicaciones de lo más interesantes y prácticas en un futuro próximo, como ayudar en operaciones de búsqueda y rescate, ya que podría acceder a sitios complicados. Por ello,el objetivo de este grupo de investigadoresera poner a disposición del público una herramienta que reuniese en un solo lugar todo lo necesario para que cualquier persona con los conocimientos y el tiempo necesarios pudiese comenzar a explorar este mundo.
Hace unas semanas, un grupo de investigadores del MIT ha presentado un nuevo material pensado para la fabricación de robots blandos que va una dirección aún más sorprendente. Se trata de un material capaz de cambiar de fase, es decir, de pasar de rígido a flexible y viceversa. Consiste en unos tubos de espuma recubiertos de cera. Cuando la cera se calienta, se ablanda, y así el robot controla su rigidez. Sus creadores – Anette Hosoi, profesora de ingeniería aplicada en el MIT y su estudiante Nadia Cheng – prevén su uso para crear robots quirúrgicos deformables. Estos podrían moverse por el cuerpo hasta un punto concreto sin dañar los órganos o vasos sanguíneos a su paso.